ASTURIAS 2.0: El perdón de Vigón

El ‘homo indimitibus’ es aquella persona que ostenta un cargo público y que, en medio de una brillante carrera como tal se ve salpicado por un escándalo a nivel personal, fiscal o delictivo. Es entonces cuando el ‘homo indimitibus’ se aferra con uñas, dientes y con lo que haga falta a su cargo. Es el último en querer abandonar un barco que naufraga por su culpa. Es la miel del poder, amigos, y es muy difícil vivir sin ella.
Estamos en un país donde no dimite nadie, donde partidos políticos y otros colectivos ‘instruyen’ a sus miembros para que no dimitan, pese a que la situación lo requiera o el sentido común parezca aconsejarlo.
Un claro ejemplo de esto lo encontramos en la Federación Asturiana de Empresas (FADE), con su presidente, el señor Severino García Vigón, a quien se le descubrió que una de sus empresas, Enastar (dedicada a temas de energía), estaba siendo investigada por asuntos relacionados con posibles fraudes fiscales.
Fue a partir de tal descubrimiento cuando parte de los que con él estaban en el gran barco llamado FADE comenzaron a subirse en los botes salvavidas, buscando alejarse del escándalo y ‘reprocharle’ de esa manera, su actitud. Se fueron consejeros, empresas… y el sector crítico de la FADE comenzó a ‘bombardear’ el barco, tanto desde fuera como desde dentro. ¿Qué se pedía? Que Vigón dimitiese.
Personalmente creo que es lo lógico y lo razonable: un empresario, representante de los empresarios, que presuntamente incurre en el delito de fraude fiscal no está dando un buen ejemplo a los empresarios a los que representa, y tampoco está dando una buena imagen a la sociedad.
¿Qué pasó? Pues lo que pasa siempre… No se dimite y punto. Sí que me ha gustado de Vigón el que pidiese públicamente perdón en medio de una asamblea de la FADE celebrada este viernes… Ha sido un buen gesto, búsquese lo que se busque a través de él. Creo que muchos políticos apoltronados en sus cargos e involucrados en asuntos no precisamente limpios deberían pedir perdón a los ciudadanos. Aunque no sirva de mucho, al menos sí permite ver al ciudadano que reconocen que han hecho algo deshonesto, independientemente de que se encuentren arrepentidos o no.
Volviendo a Vigón creo que aquí el perdón llega tarde ya que igual que el político envuelto en escándalos pierde votantes, él ha perdido gente de confianza y empresas asociadas, aunque ya se sabe que entre empresarios los conflictos se arreglan más fácilmente que entre la gente de pie... ¿O no? 

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Vigón ...menudo pajarón ta fechu. Como el diaz ferraz
Xurde ha dicho que…
Esti yera demasiao espabilau, eso sí, ye un bon signu de parte d'él (imaxino que lo fadría pa non perder más asociaos), lo del pedir perdón.