Emprender
e innovar son dos conceptos que muchas veces van estrechamente ligados. Ejemplo de ello es La Llocura, la primera librería-café del
concejo, abierta hace apenas dos meses, en la céntrica calle Aller.
Charlamos
con Miguel Gallardo, quien, junto a Eva, su mujer, ha puesto a funcionar en
Mieres un lugar que aspira a convertirse en uno de los focos culturales del
concejo, con literatura, pintura, fotografía o incluso teatro como
ingredientes.
“Hoy es más importante que nunca la labor de un librero o de un
programador cultural, intentar salirse de los márgenes y mostrar a la gente que
hay otra realidad más allá de Sálvame, el fútbol o el bestseller de turno”
-Pese a existir en muchas ciudades, La Llocura es la primera librería-café de Mieres. ¿Cómo y cuándo surgió la idea de poner en marcha este proyecto? ¿Quiénes están detrás de él?
*Fachada del establecimiento. |
-¿Qué es lo que ha resultado más complejo de todo lo que conlleva abrir un negocio como este?
Esa
cosa sucia llamada dinero, sin duda. Tienes muy claro todo lo que tienes que
hacer, los pasos a seguir, con quién contactar, cómo enfocar el proyecto, qué
equipo formar… Todo muy bonito e ilusionante hasta que llegas a la parte
económica y te pasas el día diciendo: ¿cuánto dices que cuesta hacer esto,
cuánto cuesta aquello, cuánto…? ¡No tenemos todo ese dinero!... Por suerte, y
dado que teníamos muy claro que solo queríamos trabajar con banca ética, dimos
con Triodos, que nos brindaron apoyo desde el minuto uno. Y también están mami
y papi y algún familiar más, sin ellos esto hubiera sido imposible.
-¿Qué es, exactamente, una librería-café? ¿Qué nos podemos encontrar en La Llocura?
Pues
eso, un lugar donde puedes comprar un libro y tomarte un café, por resumirlo
mucho, aunque la realidad, por suerte, es algo más compleja y atractiva: este
sitio es un espacio muy especial, porque a la magia de las librerías, la de
ojear y estar rodeado de libros, se une la posibilidad de disfrutar de un
momento de relajación mientras escuchas buena música -a veces, en directo- y te
tomas algo.
-¿Se trata, en cualquier caso, de una librería-café para todos los
públicos y edades?
Sin
duda, hay libros para todo tipo de personas, desde los populares desplegables
infantiles hasta sesudos tratados filosóficos. Lo mismo ocurre en la zona de
hostelería donde un peque puede disfrutar de un zumo de naranja ecológica o de
un refresco de comercio justo mientras sus padres degustan un vino de la Ribeira
Sacra o una de nuestras cervezas asturianas.
-¿Tiene presencia la literatura en asturiano en las estanterías de La Llocura? ¿Y en otras lenguas?
Por
supuesto. Aún no es tanta como quisiéramos, porque hacer un fondo de librería
es costoso cuando se acaba de empezar y hay tantas deudas por pagar, pero como
defensores de la oficialidá de la Llingua y de la cultura asturiana, nos parece
fundamental apostar por los autores que tienen el valor de escribir o traducir
al asturiano. Respecto a otras lenguas, ya me han pedido libros en francés o en
inglés. Mieres es más culta de lo que puede parecer...
-Pese al protagonismo que puedan tener los libros, La Llocura no se cierra a nada que sea cultura, como exposiciones
de pintura o fotografía, ¿no es así?
*Ángeles Caso, presentando su libro en La Llocura. |
Tampoco
nos olvidamos del teatro ni de la música y ya estamos preparando una agenda
atractiva. En menos de dos meses ya han pasado por La Llocura grupos como Goli Goli Teatro o artistas de la talla de
Tom Prendes o Antón Menchaca. Nos vuelve locos esta adrenalina de la cultura.
Ah,
y qué decir de las presentaciones de libros… Fue Ángeles Caso la que se encargó
de amadrinar nuestro proyecto viniendo a firmar ejemplares de su libro Ellas mismas a La Llocura y ahora se trata de no parar: por aquí van a pasar
nombres muy importantes como Javier Cuervo, Ana López Martín y algún otro que
estamos a punto de cerrar y que no va a dejar indiferente a ningún asturiano
debido a su repercusión nacional e internacional, me atrevería a decir.
-El establecimiento abrió sus puertas hace unas semanas, ¿cómo está
siendo la respuesta del público? ¿Qué es lo que más gusta a los clientes?
*Libros infantiles, en una de las mesas. |
-Hablando de gustos, no podemos dejar de preguntarle por los suyos…
Imaginamos que para regentar una librería-café se ha de ser aficionado a la
lectura, ¿no? ¿Cuáles son sus autores y títulos favoritos, con independencia
del género?
Odio
leer… ¡Es broma! Verás, me pasa una cosa muy curiosa: por supuesto que soy un
amante de los libros, pero justo ahora, debido a lo que me absorbe el proyecto,
es cuando tengo menos tiempo para leer y eso me quema bastante, así que espero
estabilizarme pronto y dedicar a esa pasión tanto tiempo como se merece y el
cuerpo me pide. Respecto a mis autores, el espectro es muy amplio y ecléctico,
pero si tuviera que quedarme con uno, al margen de los clásicos de siempre,
sería Rafael Chirbes, su escritura, como decía aquel entrañable personaje de La taberna del irlandés, es algo
homérico. También presto atención a los proyectos pequeños, donde puedes
encontrar joyitas como En mar abierto,
la novela de Eduardo Romero editada por Cambalache.
-Revirtiendo la cuestión anterior, ¿algún género o autor que no leería
nunca? Si es así, ¿por qué?
Vivo
una vida sin tabúes, en todos los ámbitos. De todo se aprende, aunque no creo
que me apetezca leer nunca algo como la biografía de Belén Esteban...
-Otra pregunta casi obligatoria… ¿Libro en papel o en formato digital?
¿Por qué?
*Uno de los escaparates de La Llocura. |
-La Llocura aspira a convertirse en un nuevo punto de cultura en
Mieres. ¿Cómo ve el concejo, precisamente, a nivel cultural?
Pues
con la sensación que toda mi generación la contempla, la de que no vivimos el
mejor momento ni mucho menos a nivel cultural, pero no sólo en Mieres, es una
cuestión general, que empieza con la progresiva degradación del sistema
educativo desde hace ya muchos años. Me da risa cuando la cínica derecha de
este país pide un pacto por la educación cuando lo que en realidad desean es
que el rebaño no se haga preguntas. El pacto existe desde hace mucho, pero para
conseguir que la resignación sea nuestra respuesta. Por eso es más importante
que nunca la labor de un librero o de un programador cultural, intentar salirse
de los márgenes y mostrar a la gente que hay otra realidad más allá de Sálvame, el fútbol o el bestseller de
turno (que no nos falten a los libreros, no voy a ser tan cínico como para
renegar de algo que nos da de comer…). Uno recuerda con nostalgia el ambiente
de sitios de reunión kultural como La
buraka, bajar aquellas escaleras y sentirte como en un local clandestino
del París de entreguerras… Quizás lo tenga mitificado, pero es el recuerdo que
mantengo. Hoy en día, como diría mi amigo Humphrey, siempre nos quedará L’Abellugu, y que no falte...
-Completando la pregunta anterior, ¿podría ser La Llocura el primer elemento de un foco cultural centrado en
cafés-librerías? ¿Cree que La Llocura
pueda abrir, en ese sentido, camino a que otros apuesten por proyectos de este
tipo?
Si
digo ojalá, puede sonar pretencioso, porque no queremos ser el camino a seguir,
queremos hacer lo que nos gusta: seguir disfrutando con la cultura y
compartirla con todos aquellos a los que les apetezca. Si llegan más proyectos
parecidos, bienvenidos, todo lo que sea poner a Mieres en el mapa, supongo que
es bueno.
-Hemos hablado de libros pero no de la otra vertiente del
establecimiento: la cafetería. Para terminar, ¿qué recomendaría tomar a
cualquiera que se siente en una mesa de La
Llocura?
Ya
hablé antes de nuestros productos de comercio justo, así que me despediré
recomendando ir a La Llocura a esa hora en que es demasiado pronto para comer,
pero demasiado tarde para desayunar, cuando tienes la sensación de que tu
estómago podría digerir un jabalí y pedir uno de los sandwich que nos prepara
cada día Laura en el obrador de Dulce y
Salado y acompañarlo de un vino blanco Almalarga; la sensación del primer
bocado y el primer trago es como la de leer por primera vez a Shakespeare...
Comentarios
La idea del negociu ye buena y si saben explotalo como parez que van a explotalo, tienen asegurao un llargu recorríu.