HISTORIAS DE NUESTRA HISTORIA: Lluvias de millones (1996 y 2004)

Es Navidad, época, entre otras cosas, de jugar a la lotería, de soñar con que algo, poco o mucho, pueda tocarnos. Porque sí, aunque muchos no lo crean, la lotería, toca.  La suerte tira para Mieres, dejando historias como las de esta entrega, las de los dos mayores premios de juegos de azar recaídos en el concejo.
A José Manuel Carballo la suerte le llegó hace veinte años. Minero de profesión, compaginaba su trabajo en Minas de Figaredo con su bar en Repedroso, Turón. Allí cayeron, el 26 de agosto de 1996, 1.692,8 millones de pesetas, gracias al Gordo de la Primitiva. Al cambio, algo más de 10 millones de los actuales euros.
Carballo, de 32 años y casado, se llevó unos 600 millones de pesetas. Los mil y pico restantes se distribuyeron entre siete u ocho clientes del bar, a través de una especie de participaciones hechas en el establecimiento. “Yo no sé quién lo tiene. Por aquí viene mucha gente de Gijón, de Oviedo o de Grado a visitar a familiares de la zona y a veces compran boletos de La Primitiva”, señaló el propietario del bar cuando fue preguntado por la prensa sobre las identidades de los otros agraciados.
En todo caso, la suerte estaba llamada a caer en Turón, ya que el boleto ganador había sido adquirido por Carballo para su bar en Casa Nando, un establecimiento hostelero de Urbiés que surtía de lotería a distintos establecimientos del valle, al contar con un punto de venta propio.
*Recorte de prensa sobre la lluvia de millones del cuponazo.
Ahí no acabó la historia. El minero y hostelero premiado renunció a su puesto de trabajo, echó el cierre al bar y desapareció, junto a su familia, para disfrutar del premio con tranquilidad, tras varios días acosado por la prensa. 
En Repedroso cayó el mayor premio de todos los repartidos en el concejo por los distintos juegos de azar. Ocho años después, sobre un pueblo de nombre parecido, El Pedroso, situado en el Valle de Cuna, volvían a llover millones. Esta vez, gracias al cupón de la ONCE.
Fue en el sorteo del Cuponazo del 17 de diciembre de 2004. La suerte dejaba 6,6 millones de euros, gracias a una veintena de cupones vendidos en el bar del pueblo. Quien más tajada llevó fue Aladino Prieto, un minero jubilado de 75 años, que tenía, junto al número, la serie ganadora del premio especial: 6 millones de euros.
Viudo en dos ocasiones, con dos hijos y cuatro nietos, aseguraba que “prefería ganarlo en salud”, dado que padecía diabetes y problemas del corazón. “Destinaré el dinero a tapar agujeros y a repartir con la familia; no tengo pensado hacer ningún viaje ni comprar nada del otro mundo. Lástima que no me hubiera tocado cuando vivía mi segunda mujer”, declaró a los medios a los que tuvo que atender tras conocerse la noticia. Aladino falleció en mayo de 2007. Como había declarado, ayudó a su familia y contrajo, además, un tercer matrimonio. Junto a él, otras veinte familias del pueblo se llevaron 33.000 euros por cupón.
Historia e historias de los dos mayores premios de lotería recaídos en el concejo.  

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