En
la tarde del viernes 4 de julio de 1980 saltaban las alarmas: había
desaparecido en Mieres una niña pequeña de etnia gitana. Su pista se perdió
aquel mismo día, en el que había salido a hacer unas compras para su madre. En
vista de que la menor no volvía a casa, sus progenitores acudieron a la Policía
para buscarla.
Los
días pasaron sin que se tuvieran noticias de la menor. Como suele ser habitual
en estos casos, eran muchos quienes aseguraban haberla visto en distintos
lugares, acompañada de distintas personas, pero ninguna pista fue concluyente.
La investigación policial barajó todas las posibilidades en torno a la que
rápidamente fue catalogada como una misteriosa desaparición.
Recorte de El País |
Cuatro
días después, el martes 8 de julio, la comandancia de la Guardia Civil de
Mieres recibía una llamada que ponía fin a la angustia de los padres: la menor
había aparecido sana y salva en Miño (A Coruña). Ella misma se encargó de
aclarar qué había sucedido cuando los agentes fueron a buscarla. Al parecer,
aquel viernes, mientras volvía a casa, una furgoneta se paró a su lado. De ella
se bajó una mujer, también gitana, que ofreció a la niña ver unos camisones que
llevaba en el vehículo. La menor accedió y ya en el vehículo el conductor la
amenazó con un cuchillo: “no tengas miedo, que solo queremos saber si eres
hermana de un chico que abusó de una prima nuestra”, le dijo.
Pasó
los siguientes días acompañada por el matrimonio y un grupo de niños, viajando
por el occidente asturiano y parte de Galicia y observando cómo sus captores
cometían diversos robos y traficaban con droga.
Varios
días después y sin saber qué hacer con la niña, el hombre la había
llevado a un bar a tomar un refresco. Allí la menor pidió socorro a un
empleado. El azar quiso que poco después llegase una patrulla de la Guardia
Civil, lo que provocó la fuga al captor. Los agentes llamaron a sus padres y la
pequeña veía así terminada su odisea. No se constató en los exámenes médicos a
los que fue sometida que hubiese sufrido algún tipo de lesión o abuso.
Los raptores fueron detenidos unos días más tarde. Se ponía fin así a una
desaparición que había mantenido en vilo al concejo.
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