Todos
los días salgo a comprar el pan a una panadería que está a poco más de cien
metros, en línea recta, de mi casa, en la calle Alfonso Camín. Lo hago a
primera hora de la mañana, para desayunar e irme a trabajar. Raro es el día que
en esa salida de apenas diez minutos no me tope con un par de mascarillas
tiradas en la calle y algún que otro guante de plástico, de los que dan en las
fruterías de los supermercados.
Las
circunstancias sanitarias nos obligan a salir con mascarilla. A estas alturas,
todos sabemos que las más vendidas, las que son azules por el exterior y
blancas por el interior, son desechables y aguantan lo que aguantan, pero esta
circunstancia no justifica que haya quienes se deshagan de ellas tirándolas por
ahí, en cualquier sitio. Ya no solo es una cuestión incívica, sino de higiene
y, si se quiere, salubridad colectiva. Desconozco qué capacidad tiene el virus
de aguantar en una mascarilla o en unos guantes tirados en la calle, pero es
algo que me parece tan antihigiénico como si se dejasen por las aceras los
pañales usados, por poner un ejemplo un poco grotesco pero que quizás se
entienda muy bien.
Estamos
generando millones de residuos nuevos, entre guantes de plástico y mascarillas
y, sí, el 90% de los mortales no nos habíamos puesto una mascarilla hasta hace
unas semanas, pero, insisto una vez más, ello no justifica que en cuanto nos
cansemos de usarla o se rompa o no dé para más, la tiremos donde nos plazca.
¿Qué
hacer con ese material sanitario que no sirve? Cogersa, la máxima autoridad de
residuos del Principado, recomienda tirarlo al contenedor de siempre, al que va
todo lo que no es reciclable y que acaba en el vertedero, enterrado con mucha
más basura. Creo que no cuesta nada hacerlo. Como lo de las mascarillas parece
que va a ir para largo, igual no estaba de más que las administraciones
lanzasen alguna campaña de información al respecto y, llegado el caso, comenzar
a imponer multas.
Vamos
camino de una nueva normalidad, con unas medidas higiénico-sanitarias,
individuales y sociales, nunca antes vistas. Pongo en duda su utilidad si mucha
gente sigue siendo incapaz de gestionar estos nuevos residuos que estamos
generando.
Álvarez
Comentarios
Siento ser tan claro en mis expresiones pero solo así se entiende, en el idioma correcto, a veces ni así se entienden.
Que me perdone quien se sienta ofendid@ pero es la realidad que hay en estos momentos.
No se si alguno iría por el HVAB últimamente, pero a las entradas hay carteles que dicen que te quites las manos y te laves las manos, que es lo realmente efectivo.