1993
comenzaba con un trágico suceso que tuvo lugar en La Mayacina y que causó un
fuerte impacto en el concejo.
A
las tres de la madrugada del 17 al 18 de enero, agentes de la Policía Nacional
recibían una llamada en la que una persona afirmaba estar escuchando voces de
auxilio que parecían proceder de una vivienda abandonada de La Mayacina, en la
zona de la antigua estación de El Vasco. Hasta allí se trasladaron varios
agentes para comprobar la veracidad del aviso. En efecto, Purificación una
joven de 17 años –y no 23, como recogió la prensa en un primer momento–, pedía
ayuda a gritos. Había sido apuñalada en distintas partes de su cuerpo. De
inmediato, los agentes solicitaron una ambulancia que la trasladó al Álvarez
Buylla, desde donde fue remitida al HUCA, dado su crítico estado de salud.
Falleció poco después de llegar al complejo hospitalario ovetense.
Recorte de el diario El País (19/01/1993) |
Pese
a la gravedad de sus heridas, en el traslado al Álvarez Buylla pudo facilitar
datos sobre la identidad de su agresor. Su cuerpo presentaba signos de haber
sido violada, algo que la joven también confirmó a los técnicos sanitarios de
camino al hospital. Entró al centro sanitario por Urgencias y fue allí donde se
topó con su agresor, que esperaba ser atendido por una serie de cortes y
magulladuras que la joven le había causado tratando de defenderse. Ella misma
indicó a los agentes que aquel joven, Rafael, de 23 años, la había violado y
apuñalado unas horas antes. Fue inmediatamente detenido.
La
Policía ya sabía que Rafael se encontraba en el Álvarez Buylla. Aquella
fatídica madrugada habían recibido un segundo aviso en el que se les informaba
de que, también en La Mayacina, había aparecido un joven desorientado con sus
ropas ensangrentadas y varios cortes y hematomas en el cuerpo. Ellos mismos lo habían
trasladado al hospital. Los análisis posteriores comprobaron que, en efecto, la
sangre hallada en las ropas de Rafael era de Purificación.
El
26 de noviembre de aquel año comenzó el juicio contra Rafael, en la Sala
Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo. La defensa de Rafael se basó en
que él no había sido el responsable de la violación y muerte de Purificación,
sino otro joven con el que se había visto a la muchacha la tarde anterior al
crimen. La Fiscalía solicitaba para él 14 años de prisión, pese a que el
Ministerio Público no logró, ni en su escrito de acusación ni en las
conclusiones finales, señalar cuál había sido el móvil del apuñalamiento.
Semanas
más tarde se hacía pública la sentencia, por la que el tribunal consideraba
culpable a Rafael de un delito de asesinato y otro de abuso sexual. El fallo
recoge como hechos probados que, ante la negativa de Purificación a mantener
relaciones con él, Rafael la forzó y que tras ello, la joven comenzó a
agredirlo, momento en el cual él le propinó catorce puñaladas, seis de las
cuales afectaron a órganos vitales.
Aquella
sentencia puso fin a un caso que conmocionó al concejo, en el que la familia de
Purificación era muy conocida. “Se hizo justicia”, aseguraron a la prensa tras
conocer el fallo judicial.
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