El 11 de junio de 1936 amaneció mal
día para Florentino Gutiérrez Otero, un hombre cuya edad rondaba los cincuenta
años, según apunta la prensa de la época. En las inmediaciones de su casa,
próxima al ayuntamiento, se topó aquella mañana con Manuel García. Ambos, que habían
trabajado juntos tiempo atrás, mantenían rencillas personales. Su encuentro
provocó que discutiesen y Manuel decidió poner fin al conflicto haciendo uso
del arma de fuego que portaba, con el que disparó uno o dos tiros, algo en lo
que no se ponen de acuerdo los diferentes medios. Florentino murió en el acto.
Recorte del diario Ahora |
Un suceso como este, acontecido por la
mañana, en un día de junio, no pasó desapercibido ni para los vecinos que
oyeron el disparo o los disparos, ni para los que vieron a Manuel correr, arma
en mano, un tanto asustado. La Benemérita, que se hallaba cerca del lugar de
los hechos, pudo dar alcance a Manuel que, sintiéndose acorralado, puso fin a
su vida disparando el arma que llevaba contra su cabeza.
El final de los hechos hizo que no
hubiese juicio y el caso se cerró como un rifirrafe que terminó con la muerte
tanto de la víctima como del agresor.
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