El 13 de marzo la estación de
autobuses cerró ante lo que estaba por venir y mantuvo operativas únicamente
las dársenas, con acceso por la puerta lateral del edificio. No fue una medida
exclusiva de nuestra estación, sino que en todas las de Asturias se hizo más o
menos lo mismo. Sin embargo, conforme fuimos desescalando, las estaciones
volvieron a funcionar. En la de Oviedo, el edificio se volvió a abrir al
público con la entrada en fase 3, a comienzos de junio. Esperaba que con la
nueva normalidad se recuperase el interior, pero veo que no ha sido así y que
llevamos cuatro meses con la estación cerrada, salvo ese acceso a las dársenas.
¿Qué pasa para que no se abra? Antes
de escribiros me puse en contacto con familiares y amigos que viven en Gijón y
en Avilés y que se mueven en autobús. Sus estaciones de autobús operan casi con
total normalidad, salvo taquillas –algo que tampoco funciona en la de Oviedo– y
algún negocio que ha cerrado. Aquí en Mieres no se han molestado tan siquiera
en pasar una fregona en estos cuatro meses que lleva cerrada. Basta con echar
un vistazo a cómo están las puertas, el suelo y lo poco que se ve del interior
desde afuera. Es cierto que nuestra estación no tiene servicios, ya que la
taquilla rara vez funcionaba y tanto el kiosco como la cafetería tienen acceso
desde el exterior… Sin embargo, sí tiene sillas, aseos, máquinas de compraventa
y un techo precioso bajo el que cobijarse lejos de quienes usan el andén para
fumar mientras esperan el autobús, obligando a los no fumadores o a salir del
recinto o a aguantarse el humo, que dicen que también puede propagar el
coronavirus.
Si en la estación ya había cierto abandono
antes de que pasase todo esto, la crisis sanitaria me parece a mí que va a ser
la puntilla para rematar unas instalaciones amplias y funcionales pero que,
paradójicamente, nunca funcionaron como deberían haberlo hecho, con una gestión
privada que deja mucho desear. Ojalá me equivoque, pero presiento que nos va a
tocar a los viajeros no fumadores seguir esperando el autobús a la intemperie,
lejos de las dársenas, y correr cuando lo veamos venir, ya que el cierre de la
estación tiene pinta de ir para largo.
Andrés Suárez
(Mieres)
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