La antigua carretera entre Adanero (Ávila) y Gijón atravesaba el casco urbano siguiendo las actuales calles fray Paulino Álvarez, Ramón y Cajal, Teodoro Cuesta y Oñón. Era una carretera con mucho tráfico, un firme que nada tenía que ver con el de las carreteras actuales y una vía que permitía a muchos conocer algo de Mieres, de la que atrevasaban la villa siguiendo su trazado. Por esta razón, las calles anteriormente mencionadas fueron objeto de fotografías y algunas de ellas se convirtieron en postales, como las que nos ocupan en esta ocasión, con la calle Ramón y Cajal como protagonista.
Una calle que, en el momento de que alguien realizara la primera de las fotografías, estaba estrenando nombre, pues hasta entonces era conocida, sin más, como la Carretera o la General. En 1931 el Ayuntamiento bautizó con el nombre del Nobel de Fisiología y Medicina a esta calle. El propio Ramón y Cajal, que fallecería tres años más tarde, agradeció el detalle a las autoridades. Sorprende, yendo a las fotografías, cómo casi un siglo después aún se observan algunas de las casas que fueron retratadas en la década de los 30. Otras, en cambio, han dejado su solar a edificios, en este tramo de la calle, cuya ligera pendiente conecta con fray Paulino Álvarez.
Los edificios también se han adueñado del presente de otro de sus tramos, el comprendido entre las calles Covadonga y Alfonso Camín, caracterizado por su particular curvatura, el único indicio que nos permitió, más o menos, localizar el punto en el que se realizó la imagen antigua, allá por los años 50.
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