En 1995 el Ayuntamiento recibió con agrado la propuesta que le llegaba desde la concejalía de Medioambiente y Zona Rural del Consistorio de Gijón, porque ambas partes salían ganando.
La propuesta en cuestión pasaba por recibir, completamente gratis, una docena de patos y una familia de cuatro ocas. En el parque Isabel La Católica había una sobrepoblación de ánades que, lógicamente, debía mantener el Ayuntamiento de Gijón, y una forma de ahorrar era donar ejemplares a otros ayuntamientos en los que hubiera algún estanque con espacio, como el del parque Jovellanos. El 11 de mayo llegaron los patos y las ocas y con ellos, el entonces alcalde de Gijón, Vicente Álvarez Areces, que vino para cerciorarse de que los animales llegasen sanos y salvos y se integrasen bien con el resto de criaturas del estanque y los pavos reales que recorrían el parque.
Los patos y las ocas permitieron aumentar la población de animales en el Jovellanos, aunque las ocas dieron algún que otro problema, en forma de picotazos a quienes se asomaban o metían demasiado las manos en el perímetro del estanque.
Actualmente, el Jovellanos cuenta con una media docena de patos como pobladores. Fallecidas las ocas que llegaron de Gijón, los responsables municipales no se animaron a repetir con esta especie y lo mismo sucedió con los pavos reales, que solían salir del parque y causaron, por ello, algún que otro incidente.
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