–Don Camilo, de la nuestra virgen dicen que ye piquiña y galana.
–Pues si es pequeñina y galana, que se joda.
Esta ficticia conversación dio pie a uno de los bulos más extendidos de la historia de Asturias, y eso que cuando se produjo no había redes sociales. Corría 1982 y alguien atribuyó tales palabras sobre la virgen de Covadonga al escritor Camilo José Cela. Todo sucedió, al parecer, en un restaurante de Cangas de Onís, mientras Cela comía con otras ocho personas, entre ellas el catedrático de lingüística Emilio Alarcos. "No he de desmentir nada, porque nada dije y nunca contaré quién fue la persona que se expresó así, porque un caballero nunca descubre a una dama", llegó a decir, en varias ocasiones, quien siete años después fue proclamado Nobel de Literatura. Pese a sus palabras, el boicot que hacia él y su obra había surgido en buena parte de la sociedad asturiana y sus instituciones. De hecho, el Ayuntamiento de Cangas de Onís lo declaró persona non grata apenas unos meses después de que surgiera el bulo.
Doce años más tarde, cuando el gallego parecía haberse reconciliado con la región, tras recibir el premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1987, en 1994 soltaba otra perla que volvía a caldear a sus detractores: en un artículo publicado en ABC comparaba a los asturianos con las gallinas por su condición de "estúpidos y asustadizos". En Mieres, las palabras de Cela no gustaron nada y el 24 de febrero de aquel año, el Pleno acordó declarlo persona non grata, tanto por lo que acababa de soltar sobre las gallinas y los asturianos como por lo de la virgen. Democracia Directa de Mieres, DDM, un partido independiente que había llegado al Consistorio con un concejal en las elecciones de 1991, impulsó una moción por la que se invitaba a todo el mundo, particulares e instituciones, a abstenerse "de invitar a dicho señor a participar o presenciar acto alguno en Asturias" y, a que, "si por cualquier contingencia tuviera que permanecer algún tiempo en la región se le acomode convenientemente entre sus parientes, las vacas", ya que en su artículo fijaba un posible parentesco de los gallegos, como él, con estos animales, reposados y productivos.
La moción salió adelante con el apoyo del concejal de DDM y los seis de IU. Los once del PSOE y los seis del PP se abstuvieron. Solo los dos ediles de CDS votaron en contra. Los siete votos a favor, frente a los dos en contra, posibilitaron que la moción fuera aprobada y Cela se convirtiese en la primera persona non grata de la historia de Mieres, un concejo que había visitado, sin mucho escándalo, cinco años antes, para impartir una conferencia en el IES Bernaldo de Quirós. Como curiosidad, un retrato del Nobel preside desde hace años la biblioteca del centro.
Pese a que don Camilo falleció en el 2002, ni Cangas de Onís ni Mieres han conseguido perdonarle sus palabras sobre los asturianos, pues sigue siendo, aún después de muerto, persona non grata en ambos concejos.
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