HISTORIAS DE NUESTRA HISTORIA: Volver a La Pedrosa (1985)

Mucho se habla en la actualidad del abandono de la zona rural, un problema que viene de lejos y del que algunas aldeas consiguieron dejar atrás ese abandono, como La Pedrosa, un pequeño pueblo del valle de Cuna.

Reportaje publicado en el verano de 1985 en La Nueva España

"El 29 de mayo de 1975. Con ellos se fueron los últimos restos de vida humana aquí, en el pueblo. Desde entonces está deshabitado", explicaba a La Nueva España Laureano Muñiz en 1985. Laureano, que contaba con 51 años, señalaba la fecha exacta en la que La Pedrosa se había quedado sin vecinos porque los últimos habían sido sus padres. Nadie mejor que él, nacido allí, para recordar que a finales de los 40 "aquí vivían cinco familias, numerosas todas ellas. En total, había unos treinta habitantes. Estábamos bastante unidos todos". Unidos fue precisamente como trabajaron Laureano, José, Avelino, Constantino y sus familias para recuperar el pueblo. Lo hicieron a lo largo de varios días del verano de 1985.
Algunos de los participantes en la sextaferia, en imágenes de La Nueva España

"Tenía unas casas muy bien cuidadas y situadas, como se puede ver, en un marco incomparable. Es una pena que no tenga el acceso en las debidas condiciones. Ahora se intenta hacer una carretera, pero ya no hay casas", lamentaba José Vázquez, de 82 años, casado en La Pedrosa y vecino del pueblo "durante 58 años de mi vida". La falta de un acceso para el tráfico rodado fue uno de los factores que acabó con la vida en la aldea, a la que durante décadas solo acudían los ganaderos, como José o Laureano, con cuadras y fincas en la zona.

Casas de La Pedrosa, en la actualidad

Más de treinta años después, La Pedrosa resiste con un habitante censado y varias viviendas totalmente restauradas como segundas residencias. Una pista hormigonada permite llegar a este pueblo, que les mostramos en Un lugar para vivir en enero de 2016. "El verano en La Pedrosa es algo que no cambio por nada. Pura delicia", afirmaba Laureano en 1985. Ni él ni José pueden disfrutar ya de La Pedrosa, su pueblo, el que ayudaron a renacer. "Todo debe ir poco a poco. Como fue desapareciendo, que vaya resurgiendo", apuntaba José. Ojalá así sea para La Pedrosa y para otros muchos pueblos que están abandonados o se encuentran a punto de estarlo.

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