Es de agradecer que en los últimos meses, como seguramente habrán visto en esta web, se hayan realizado distintas labores de mantenimiento en diferentes sendas del concejo. Se han repintado barandillas, se ha recuperado algún mirador y se ha sustituido algún que otro banco. Sin embargo, hay cosas que da la sensación de que quedaron a medias, como la que les quiero contar en este artículo.
A finales de año se reemplazó buena parte del vallado de la senda verde de Turón. Era madera, tenía un tiempo, y el sol y los agentes meteorológicos habían provocado que algunas barandillas estuviesen rotas y que hubiera postes que se movían. Supongo que a muchos de ustedes se les vendrá a la cabeza la muerte de un ciclista, el año pasado, en la senda del oso, tras apoyarse en una barandilla de madera que estaba deteriorada y caer por un terraplén. Tuvo que pasar una desgracia para que se sustituyese la barandilla por otra y se revisase el resto.
Me parece estupendo que aquí hayamos sido previsores y que se haya actuado para proteger a los usuarios de la senda verde de Turón. Sin embargo, no deja de sorprenderme cómo se han hecho las cosas. Para empezar, se ha sustituido la barandilla de tramos sin apenas dificultad, como el que atraviesa Peñule. En otros, como el de La Llavandera, que tenía valla, se ha quitado y se han dejado parte de los postes, a la espera no sé si de poner unos nuevos o de qué. Me llamó la atención en enero y me la volvió a llamar en abril, cuando el pasado Jueves Santo un grupo de amigos caminamos por la zona. De la senda a la carretera hay una altura considerable. Por la senda pasa gente a pie y en bici de todas las edades. Cualquiera podría despistarse y caer, con consecuencias que podrían ser fatales, no solo por la altura, sino también por el tráfico que soporta la carretera. Lo mismo sucede en el tramo a Inverniego desde San Andrés, con mayor desnivel, en este caso hacia una mata.
Desconozco si es que no hubo dinero para todo o si se está esperando por nuevos materiales. Ya se sabe que estamos en un contexto difícil, después de la pandemia, la huelga de transportes y la guerra, que ha trastocado muchos procesos de producción y distribución de prácticamente todas las cosas, hasta las más nimias. Me comentaban en Peñule que la madera que habían puesto allí venía de la asociación El Maeral, localizada en Mieres. Ignoro si el resto de postes y barandillas también y si hay algún tipo de problema a la hora de surtir. Lo que no se puede hacer es tener una senda un poco a medias de reparar, ahora que llega el buen tiempo y seguramente gane usuarios. Ojalá estas líneas sirvan para remediarlo y eviten, a tiempo, algún susto innecesario.
Álvarez
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