PEQUEÑAS SEMBLANZAS DE GRANDES MIERENSES: Rubén Fernández

Desde 2011 y hasta 2020 su voz estuvo asociada a una de las frases más célebres de la comarca del Caudal, el "¡Besa el nabo!" que invitaba a los nuevos cofrades de la Cofradía de los Amigos de los Nabos de Morcín a entrar en ella, dando un beso a esta crucífera. Esa voz era la del turonés Rubén Fernández.

Rubén, en una imagen de 1999 difundida por el PSOE de Mieres

Villandio vio nacer a Rubén Benjamín Fernández Sánchez en 1956. Allí transcurrió la infancia de un niño inquieto, junto a sus hermanos Sabino y José Luis. Crecer con vistas a la intensa actividad industrial que se vivía en el Turón de los años 60 y 70 le llevó a ver en la mina su futuro profesional.
Así, en octubre de 1976 y tras un primer contacto con la minería de su valle, Rubén comenzó sus estudios en la Escuela de Capataces de Mieres, de la que salió graduado, tres años después, como Ingeniero Técnico de Minas. Como tal, desarrolló su carrera en dos pozos, uno, Barredo, en el que estuvo hasta su cierre en 1995, y un segundo, el Monsacro, en Morcín, donde trabajó hasta su prejubilación. Para aquel entonces, Rubén compaginaba sus labores en Hunosa con otra de sus pasiones, la política. Militante del Partido Socialista desde su juventud, en 1999 se convirtió en edil de Obras y Servicios en la segunda legislatura de Misael Fernández Porrón al frente del Gobierno local.
Enamorado de las tradiciones, el ir y venir a Morcín le permitió entrar en contacto con la Cofradía de Amigos de los Nabos. En La Foz vivió grandes momentos, como el que le llevó a ser, durante nueve años, maestro de ceremonias en el popular Gran Capítulo de la Cofradía de Amigos de los Nabos de Morcín. La pandemia impidió que se celebrase el Gran Capítulo de 2021. Aunque Rubén deseaba volver a tomar el micrófono para deleitar al público conduciendo una ceremonia que combina humor y solemnidad, el Covid-19 puso fin a su vida el hospital de Cabueñes el 16 de julio de 2021. "Se lo llevó totalmente sano", recordaba su hija Lucía.

Rubén, en el Gran Capítulo de la Cofradía de Amigos de los Nabos de comienzos de 2020

El fallecimiento de Rubén dejó a la Cofradía de Amigos de los Nabos de Morcín sin un "excelente compañero, gran trabajador, animador y detallista, que siempre ayudaba a organizar las distintas actividades", en palabras de Fernando Delgado, cronista oficial de Morcín y miembro de la cofradía. "Tu recuerdo permanecerá por siempre en nuestro corazón", publicaba el PSOE mierense en sus redes, tras conocerse su muerte. Rubén dejó viuda y dos hijos.

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