Quizás muchos de ustedes se queden igual de sorprendidos que yo cuando descubrí que Santa Cruz aún conserva parte de lo que en su día fue un camino real. Lo que podría ser un motivo de alegría, no lo es tanto por dos factores: la poquísima información sobre ese camino y el estado en el que se encuentra.
Lo que podría haberse dado a conocer y enriquecer el amplio catálogo de sendas y paseos del que dispone el concejo se ha quedado en un sendero en su primer tramo, difícil de transitar en puntos con algo de maleza, y un camino asfaltado en el segundo. Un camino asfaltado pero tan abandonado como el que lo precede.
Creo, en ese sentido, que las fotografías que abren este artículo es bastante ilustradora. La barandilla que evita un desnivel importante se encuentra totalmente destrozada por el paso del tiempo y la suciedad se acumula en torno a ella. “Pasa poca gente, algún ciclista y algunos que vamos por ahí a caminar un poco, pero ya”, me comentaba un vecino de Santa Cruz, el mismo que me descubrió la existencia de este camino, hace unas semanas.
Casualidades de la vida, una vez propuse hablar de este tema en la web, los compañeros me contaron que justo el verano pasado produjeron un reportaje sobre un lugar muy próximo a este camino, un reportaje que se publicará en mayo, dentro de la sección Un lugar para vivir. A lo que iba, sus impresiones fueron las mismas que las mías, sobre el potencial del trayecto, para realizarlo a pie o en bici, y sobre lo fácil y barato que saldría colocar una barandilla nueva y algún tablón indicador del recorrido y con un par de pinceladas sobre su historia.
Queda ahí la idea. Desde esta web hemos reivindicado siempre el mantenimiento y la difusión de los caminos tradicionales para evitar que caigan en desuso.
Aún estamos a tiempo de salvar este.
Álvarez
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