ÁLVAREZ OPINA: Revertir la agonía

En verano fui con los compañeros de la web a preparar uno de los reportajes sobre los pueblos del concejo. No suelo hacerlo, porque mi papel en esta web se limita a este apartado, pero coincidió con que tenía un día libre y me apetecía. Total, que nos fuimos caminando a un pueblo que no es sino L' Artusu, el protagonista del reportaje de Un lugar para vivir de esta entrega.


Llegamos a ese pueblo tras una buena subida por una carretera perfectamente asfaltada, la de la imagen. En la subida a mí personalmente me llamaron la atención varios postes que parecían recién colocados y que me costaba creer que fueran del teléfono o del alumbrado público. Una vez en el pueblo, que es precioso, dimos una vuelta y conversamos con el único vecino que acude a diario hasta este lugar.
"La carretera la echaron hace poco", nos contaba. "Antes era un camino solo para 4 x 4 y ahora aunque sea cuesta, llega cualquier coche". Uno de mis compañeros hizo referencia a algo relacionado con la cobertura. "Sí, va mucho mejor. Además ahora nos pusieron fibra también. Está la preinstalación hecha. Total, solo vengo yo al ganado y un chaval que vive en Gijón que pasa aquí algunos fines de semana".
Como les decía, el pueblo es guapísimo. Evidentemente, la falta de vecinos se traduce en que algunas casas estén abandonadas y en que otras lleven el mismo camino. Con un paisaje repleto de verde a su alrededor, esta aldea agoniza y lo hace, paradójicamente, en su mejor momento, al menos en comunicaciones, con una carretera nueva, cobertura móvil y la preinstalación de fibra óptica hasta las casas.
"Hace veinte años un empresario quiso abrir una casa rural aquí, pero claro, no había carretera. Se fue a otro pueblo", nos decía el último superviviente (o casi) de la sangría demográfica. "Y esto se acaba", zanjaba, apesadumbrado.
Estamos hablando de un pueblo a veinte minutos en coche desde Mieres. Un pueblo que es una muestra de cómo ha fallado algo, el no haber apostado antes por la zona rural. Esta aldea tuvo una notable población hace décadas. Si la perdió fue, además de por el envejecimiento, porque la administración no ofreció los correspondientes servicios. Tal y como está a día de hoy, estoy convencida de que podría sumar algún habitante más. En otro pueblo un poco más abajo una familia de Madrid ha comprado una casa y pasan allí largas temporadas. Están devolviendo la vida a otra aldea que si no estuvo deshabitada, poco le faltó para estarlo.
¿Deberíamos promocionar más los atractivos y las mejoras en comunicaciones que se llevan a cabo en nuestros pueblos? Sin duda alguna. Y es un acierto que se tracen carreteras donde había caminos o que se lleve la fibra óptica a la puerta de las casas. Hace falta darlo a conocer. Hay potencial para revertir la agonía y devolver un poco de vida a los pueblos. "Están encantados", nos decía nuestro confidente sobre la familia de Madrid que ha comprado en el otro pueblo. No es para menos.
Ojalá 2024 traiga más vida a nuestros pueblos. Feliz año.
Álvarez

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