Es muy habitual el aparcamiento en doble fila y la generación de problemas de circulación en el municipio en varios puntos.
Uno de ellos es el cruce de Ramón Pérez de Ayala con Carreño Miranda. Casi enfrente de una conocida pastelería se ponen coches en doble fila, sea por ir a ese comercio en la mayoría de las ocasiones o a la farmacia o al reparador que hay cerca. Esto crea un embudo para los vehículos, autobuses incluidos, que atraviesan Carreño Miranda. Hay que tener en cuenta también que hay un paso de cebra después del stop de Ramón Pérez de Ayala: los vehículos deben vigilar los coches que bajan de Carreño Miranda y los peatones que pasan, por lo que los vehículos que cruzan y pasan de dos a un carril tienen que tener lógico cuidado con ese paso de cebra.
Un segundo punto es la calle Pablo Ruiz Picasso, en las proximidades de la antigua sucursal de Cajastur. Hay coches en doble fila justo antes del paso de cebra, la mayoría para ir al banco. Si bien las clases de autoescuela me quedan lejos, sí me acuerdo siempre del peligro que supone aparcar antes de un paso de cebra por razones obvias de visibilidad.
Tuve un problema con una persona que pertenece a la Policía Local, e insisto bien cuando digo persona y no agente. Además, soy sensible a los problemas de movilidad: mi padre estuvo en silla de ruedas casi veinte años y vivo en Francia, donde aparcar medio coche encima de la acera es habitual en los barrios residenciales y esto me sigue enervando, ya que es completamente incívico.
Todo esto, para decir que me cuesta entender el funcionamiento de la Policía Local en Mieres: llevo dos meses y medio aquí por razones de fuera mayor y detecté situaciones potencialmente peligrosas o incívicas que son resolubles con pedagogía y, en último caso, punición. También me parece que, por semana, hay menos agentes y patrullas por la ciudad.
Iván de Lucas
(Mieres)
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