Sin sorpresas, siguiendo la hoja de ruta prevista, el sábado 21 el Partido Popular de Mieres revalidaba su confianza en José Manuel Rodríguez, Lito, que seguirá compaginando sus funciones como senador con la presidencia del partido en Mieres.
Ya lo he dicho alguna vez: la de Lito es la carrera política más fulgurante de todas cuantas han nacido en Mieres en los últimos años, pues podría decirse que ha pasado de la nada al todo en apenas quince años.
Lito, como lo conoce todo el mundo, llegó al Partido Popular como un militante más en 2009. Eran tiempos convulsos para los populares, que se habían quedado sin un gran líder, José Coto, y un nutrido grupo de concejales, tras haber permitido que el prespuesto municipal saliese adelante, lo que no gustó a la dirección regional del partido. Dicen que en río revuelto, ganancia de pescadores. En este caso, fue de cazadores, porque Lito era conocido, fundamentalmente, por sus labores sindicales en CCOO y por ser el presidente de la Sociedad de Cazadores de Mieres.
Todo apuntaba a que el cabeza de lista de las municipales de 2011 estaría Luis Miguel Fernández Berandón o José Juan García Fernández, los dos ediles populares que habían sobrevivido a la escabechina. Sin embargo, la amistad que surgió entre Lito y la entonces presidenta del Partido Popular de Aller, María Teresa Mallada, hizo que Mallada, con cierto poder en el Partido Popular de Asturias, sugiriese que su amigo fuera candidato a la alcaldía. Y lo fue.
Lito no pudo evitar el tropezón electoral. De siete en 2007, los populares pasaron a cuatro en 2011. La caída pudo ampararse en un candidato desconocido por buena parte de los mierenses y la llegada con fuerza de Foro, que obtuvo dos ediles. En 2015, Lito repitió como candidato y sufrió un nuevo descalabro, hasta los tres ediles, ya sin Foro en el tablero de juego.
En sus segundas (y últimas) elecciones, nuestro protagonista ya era presidente del Partido Popular de Mieres. También había sorteado, con éxito, el escándalo de los sobresueldos, por el que se le acusó, desde dentro de su partido, de cobrar un total de 28.060 euros entre mayo de 2011 y noviembre de 2014 en cheques nominativos no justificados en facturas. Iban a por él, pero salió indemne y, aunque el asunto se judicializó, fue algo sobre lo que muy pronto el partido y la propia militancia acabó echando tierra. Casualidades de la vida, la polémica saltó a la prensa un par de meses después de que Lito fuese proclamado presidente del partido, pese a que un sector, liderado por Fernández Bernandón, entonces concejal, apoyaba al abogado Fernando Pintueles.
La gran virtud de Lito fue haber unido a un partido desunido, que venía de un gran cisma, de esos de los que cuesta recuperarse. En 2017 repitió como presidente, ya como único candidato, y este 2024 ha visto renovada la confianza de la militancia. Los requisitos para presentar candidatura eran fácilmente asumibles para cualquiera que quisiera dar juego, pero nadie se presentó. Compaginará el cargo con su rol de senador por designación autonómica, con un escaño en la Cámara Baja que ocupa desde otoño de 2023.
Dicen quienes lo conocen que es un tipo tratable, que siente predilección por los BMW –ha tenido varios, siempre de ocasión– y que vive por y para su familia, lo que le ha llevado a meterla en política. Su esposa formó parte de la lista con la que presentó a los comicios de 2011 y su hija hizo lo propio en la de 2023. Como curiosidad, en 2015 su hijo fue parte de la lista de las municipales en Grandas de Salime. La intrahistoria es que, según se cuenta, en una comida del partido alguien de Grandas comentó que les faltaba gente y Lito dijo un "tranquilos, que os mando al chaval pa allá". Anécdotas de familia y política, supongo.
Carlos de la Losa, tesorero del PP de Asturias, será su número dos. Víctor Ferreira, edil y presidente de Nuevas Generaciones, el tres. La diputada regional Gloria García completará el equipo del presidente reelecto. Maximina Fernández será la tesorera.
ELCARABA
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