HISTORIAS DE NUESTRA HISTORIA: La Calandria de Vegadotos, tonada y saetas en la voz de Josefina Argüelles (1947-)
Las saetas no son solo cosa de la Semana Santa andaluza. También en Asturias se entonan estas piezas líricas y quien mejor sabe hacerlo es una mierense, Josefina Argüelles, popularmente conocida como La Calandria de Vegadotos.
Nacida en 1947 en Vegaotos, en la Güeria de San Xuan, Josefina no tardó en sentirse atraída por la tonada en un Mieres en el que despuntaban voces masculinas y, en menor medida, alguna femenina, como la de Diamantina Rodríguez. En el bar tienda de sus padres entonó sus primeras notas una joven Josefina, que tuvo como referente las canciones que escuchaba a su madre Ángeles Fernández, de la que tomó el sobrenombre de La Calandria. Con catorce años, en 1961, quedó finalista en el festival de tonada Buscando el Éxito, celebrado en La Veguina. El mismo título obtuvo al año siguiente. "Aprendí a cantar con un tocadiscos que compró mi padre. Cuando algún joven me pide consejo, digo que cada uno debe cantar a su manera; tratar de imitar a otros nunca da buen resultado", declaraba en 2018 en una entrevista concedida a La Nueva España.
En 1971, tras casarse, se fue a vivir a Oviedo, aunque no dejó de volver a Vegaotos siempre que pudo. La capital le permitió participar en concursos de mayor envergadura, que la llevaron a moverse por toda Asturias y a llevar el nombre de su pueblo por centenares de teatros y salas. Fue en Oviedo donde también descubrió su afición a la Semana Santa y donde empezó a entonar saetas. De nuevo autodidacta, su voz cautivó hasta al mismísimo Gabino de Lorenzo, que la invitó a cantar desde el balcón del ayuntamiento en varias ocasiones.
A sus 78 años, la primera saetera asturiana y una de las primeras mujeres cantantes de tonada de las Cuencas, continúa residiendo en La Ería, donde es tan popular como en su Vegaotos natal.
Ilustran esta entrada:
·Fotografía de Josefina Argüelles publicada en 1983 en el diario El Comercio.
·La artista entona una saeta en la Semana Santa ovetense de 2018.
Comentarios