La Caja de Resistencia, el programa cultural concebido por el Gobierno local para albergar artistas y obras censuradas en otros municipios, ha sido exportado a Rivas-Vaciamadrid, también gobernado por Izquierda Unida.
Todo lo que sea exportar, bienvenido sea. Es un sí que se hable de Mieres, más si es por iniciativas culturales como esta, nacida en pro de la libertad artística y de expresión y en contra de la censura. Sin embargo, programar en el ámbito cultural siempre es complejo. Y nunca faltan voces críticas. En Mieres, las del Partido Popular.
En una nota de prensa, el edil Víctor Ferreira tildaba la Caja de Resistencia de "una estrategia política", basada en "intereses partidistas". Es cierto, hay intereses partidistas en los ayuntamientos que prohíben actuar a un artista por la temática LGTBI+ de su obra, o por la presencia de una ideología feminista que no defienden en absoluto. Es lógico que se refugien al amparo de un proyecto cultural, el de Mieres, que, también por ideología, decide amparar esas formas censuradas en otros lares. Quien gobierna se mueve por criterios, gusten más o menos, para programar.
Si hay algo de lo que podemos estar orgullosos es de apostar por producciones culturales y artísticas de lo más variadas, integradoras, que apuestan por dar cabida a todo el mundo. Basta con echar un vistazo a las programaciones culturales de otros concejos, algunos no muy lejanos, para ver que eso no es lo habitual.
En esta última ocasión, desde el Partido Popular no se ha usado una palabra que les gustaba mucho: "amiguismos". Me ha sorprendido. He podido seguir de cerca la programación cultural de Mieres en los últimos años y sí, puede haber casos de aparentes amiguismos, pero quiero creer que prima más el atractivo artístico que los vínculos. Un conocido y reputado pianista natural del concejo llevó a cabo varios actos en la pasada legislatura. Fue compañero de clase y había sido vecino del edil que entonces llevaba Cultura. ¿Primó el amiguismo? Quiero pensar que no. Que no se le habría contratado si fuese un pianista mediocre, por muy amigo o vecino que fuera del concejal de turno.
La nota de prensa en la que Ferreira hace estas declaraciones incluye dos últimas, muy interesantes ambas. Una, en la que el edil lamenta que "José Manuel Soto se encuentra cancelado en cualquier administración en que gobierne la izquierda, al igual que otros cantantes de que se han mostrado de derechas; la serie Cuéntame dejó de producirse cuando tocaba relatar la corrupción socialista de los 80 y se han organizado campañas contra personajes públicos, por no alinearse con los planteamientos de izquierdas, como Amancio Ortega, Fernando Roig, incluso contra Rafa Nadal".
José Manuel Soto tuvo el pasado mes de marzo cuatro conciertos. Uno, en Valladolid; otro, en Salamanca; un tercero, en Zamora, y un cuarto, en Écija. Si bien en tres de las cuatro ciudades gobierna el PP, en Zamora lo hace Izquierda Unida desde 2015, casi como aquí. Se vuelve a confundir el artista con la ideología y estoy seguro de que si desde Mieres invitan a José Manuel Soto a dar un concierto para San Xuan, él viene y llena, como llenó en Zamora. Por cierto, ya quisieran muchos de los artistas de la Caja de Resistencia vender tanto como Soto. He ahí otro motivo por el que debe existir esa y cualquier otra iniciativa. Ah, y Cuéntame acabó en el 2001 tras una última temporada dedicada a los años 1994-2001 y tras haber abarcado los 80 en siete temporadas, de la 13 a la 20.
El último argumento lo comparto parcialmente: "el Ayuntamiento debería centrarse en mejorar la situación económica y social de Mieres". Sí, y la cultura y el arte contribuyen a ello, proporcionando lo uno y lo otro. Sea la Caja de Resistencia, José Manuel Soto o Bertín Osborne.
ELCARABA
Comentarios
O mienta si ese es su único argumento, algo común y constante en la derecha española.
Nos viene a dar lecciones esta izquierda formada por gente en su mayor parte que no vio un destornillador ni en fotos y que tanto dice defender al obrero, que cada día que pasa se empobrece más, pero oye, puede ir a culturizarse a la casa de la cultura haciendo coños de barro con el dinero que le quitan religiosamente de la nómina. Menos lavados de cerebro y mas limpieza de calles,que es para lo que tiene que estar un ayuntamiento. Y cuando toque programar actividades culturales, que lo hagan para todos los públicos, no solo pa los cuatro amiguinos de siempre que si nun fuera por les subvenciones igual tendríen que vivir de facer déu en Bazuelo, por inútiles y vagos.
Joder, que agusto me acabo quedar.