Inocencio Urbina Villanueva nació el
28 de enero de 1926 en el barrio mierense de Oñón. Fue el primero de dos
hermanos.
Con tan solo trece años y en plena
Guerra Civil, comenzó a trabajar con su padre aprendiendo las técnicas propias
de los pintores decoradores, realizando rotulaciones y demás dibujos
ornamentales. Durante su adolescencia siguió pintando, y con veintidós años le
llegó la primera oportunidad de exponer en la primera exposición “Hijos de Mieres”, creada por Luis
Fernández Cabeza, tras encontrarlo en la calle, con sus cuadros debajo del
brazo, y un cierto desengaño después de que lo hubieran rechazado los organizadores
de otra exposición.
*Inocencio, ante uno de sus cuadros, en una exposición. |
Entre sus obras, destacan algunas de
corte religioso como el Bautismo de Cristo o el Martirio de San Melchor,
realizados para la iglesia parroquial de San Pedro, así como otras de tipo
paisajístico, algunas de las cuales se hallan en los fondos artísticos del
Ayuntamiento, o repartidas por distintos museos.
En lo que a su vida personal se
refiere, Urbina se casó en 1953 y en 1954 nació su única hija, que falleció en
el año 1978, habiéndole dado un nieto al pintor. Buscando sobrellevar la muerte
de su hija, él, su esposa y su nieto se trasladaron al pueblo de Gallegos,
donde residieron por muchos años, como una familia más del pueblo.
Falleció el día 01 de octubre de 2012,
a los 86 años, en el Hospital Álvarez Buylla.
Cuenta con una calle en Mieres y otra
en Gallegos dedicadas a su persona.
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Comentarios
Nun lu conocí, pero fue un artista como la copa d'un pino.