Fallece Nicanor López Brugos, sacerdote de la parroquia de San Juan Bautista
El 31 de octubre fallecía en Gijón Nicanor López Brugos, quien fuera párroco de la iglesia de San Juan Bautista desde 1962 y hasta fechas recientes. Una enfermedad agravada en los últimos días terminó con la vida de este hombre, muy querido en el concejo. “Era un hombre muy comprometido con su tiempo y con Mieres”, señaló Aníbal Vázquez. “Fue el cura de los vecinos, de la calle, jamás se calló y dio cobijo a muchas familias por motivos sindicales y políticos”, recordaba la socialista Gloria Muñoz.
Nacido en Orzonaga, un pequeño pueblo de León, el 1 de marzo de 1929, la familia López Brugos se trasladó a Mieres cuando él tenía solo cuatro años. Aquí se crió y aquí tomó la decisión de convertirse en sacerdote, ordenándose como tal el 2 de noviembre de 1951. Tras una década ejerciendo como párroco en Laciana, Morcín y Ribadedeva, en el año 1962 recaló en Mieres como párroco de San Juan Bautista. Hasta el 2017 ejerció como tal, participando también en distintos organismos del Arzobispado, como el Consejo Presbiteral o la Comisión Diocesana de Justicia y Paz. Fue también uno de los asesores personales del arzobispo Carlos Osoro.
Tras jubilarse hace algo más de un año, se trasladó a la residencia de la parroquia de San Pedro Apóstol de Gijón. Sin embargo, al poco tiempo volvió a Mieres. Una enfermedad agravó su estado de salud el pasado verano y tras unos días ingresado en el Álvarez Buylla, volvió a Gijón, donde su vida se apagó a los 89 años de edad.
Sus restos reposan desde el día 1 en el cementerio de Mieres, al lado de los de Valeriano Miranda, otro sacerdote que, como él, tampoco dudó en posicionarse a favor de la clase obrera.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Un señor de pies a cabeza. Apoyó a muchas familias mineras no solo moralmente, también con recursos económicos. Vivía la religión desde la máxima de ayudar, como predicaba Jesús y como debe ser.
Imagino que su funeral el sábado será más que multitudinario
Anónimo ha dicho que…
Era lo que en términos futbolísticos vendría a ser un jugador estelar dentro de un equipo, el de la Iglesia, en el que hay muchos jugadores que no aportan nada y que incluso contribuyen a echar por tierra la institución.
Descanse en paz.