ESTÁ PASANDO EN MIERES: De las obras en la carretera Cenera-Gallegos al repintado de la pasarela del ADIF en Santullano

Continuamos nuestro recorrido por el concejo para poner el foco en pequeños hechos noticiosos que no se han convertido en noticia y que por lo tanto no han aparecido en prensa. 

 
Empezamos en esta ocasión con una obra de grandes dimensiones: la escollera que desde hace más de dos semanas se levanta a orillas del río Gallegos. El proyecto busca evitar que el firme de la carretera de titularidad local entre Cenera y Gallegos se hunda en un tramo que discurre paralelo al río y con importante desnivel. La magnitud de las obras ha obligado a cortar el tráfico por el vial entre las ocho de la mañana y las seis de la tarde en días laborables. 

 
También cortes de tráfico son los que se han venido registrando en Santa Cruz por otra obra debida también a la erosión del firme de una carretera de titularidad regional, la AS-112, a la altura del hogar del pensionista de la localidad. Se espera que las obras permitan también poner fin a las filtraciones que sufrían algunos de los locales próximos al vial.  

 
Más obras, pero sin cortes de tráfico, son las que también se están realizando en Santullano. La vieja pasarela de la localidad comienza a mostrar un nuevo color, verde, gracias a que desde el pasado miércoles 12 operarios del ADIF trabajan en devolver el color a la que hasta ahora era una pasarela devorada por el óxido. 

 
Mucho menos tiempo que el que se necesita en las anteriores obras es el que llevó colocar un nuevo indicador sobre la reconversión industrial de los antiguos terrenos del lavadero de Sovilla. El indicador, financiado con fondos Leader para el desarrollo rural, se suma al que en diciembre se instaló en Cuna, sobre los palacios barrocos del valle y que ya les mostramos

 
Y tras este empacho de obras, cerramos este Está pasando en Mieres con flores, las de una primavera adelantada debida al buen tiempo que estamos teniendo en las últimas semanas. Así lucen algunos de los árboles silvestres que se encuentran en la entrada al parque Tartiere, en Figaredo, o que pueblan, como el de la segunda imagen, distintos rincones del barrio de La Villa.

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