En el siglo XX eran pocas las noticias curiosas que trascendían a la prensa. Algunas de ellas, que se pueden calificar como anécdotas, son estas:
La aventura de unos mineros mierenses (DICIEMBRE DE 1914)
“La repatriación de algunos obreros asturianos, que estaban trabajando en Europa tras el estallido de la guerra (la I Guerra Mundial) se ha convertido en una aventura increíble. Unos mineros mierenses residentes en Francia han sido apresados por los alemanes, vagando durante un mes por campos de prisioneros en pésimas condiciones. Tras acreditarse como españoles fueron llevados a Suiza, donde consiguieron un pasaje a Italia, de donde embarcaron rumbo a Barcelona. Allí pidieron al gobernador un billete a Asturias, algo que el señor negó, por lo que los mineros tuvieron que volver a Mieres por sus propios medios [...]”
El caso del convento de Mieres (MAYO DE 1922)
“Dámaso Díaz y Cristiano Blanco, de 22 y 20 años respectivamente, junto a Eustaquio Fernández han sido declarados inocentes por el Jurado de Lena y exculpados por la Audiencia de Oviedo de haber colocado unos petardos en la puerta del Covento de los Hermanos de la Doctrina Cristiana de Mieres. El suceso se relacionó con presuntas reuniones comunistas en el Café Oviedo de Mieres. Los acusados manifiestan que no han recibido un buen trato de la Guardia Civil durante los interrogatorios [...]”
Una gran pérdida (JUNIO 1959)
“Ayer, en el Vasco que tiene su llegada a Mieres a las cuatro de la tarde, el director de la Banda Municipal de Mieres, don César San Narciso, extravió una flauta de su propiedad. El instrumento es el útil de trabajo del individuo e iba enfundado en un estuche de madera forrado con cuero negro. Se ruega su devolución en el café Carolina de Mieres o en Sol, 6, primero (Oviedo)”
El “fantasma” del centro de Mieres (FEBRERO 1970)
“Eran las dos de la mañana cuando la señora Carmen García García regresaba a su casa ubicada en la calle Enrique Cangas (hoy Alfonso Camín) tras haber ido a la farmacia a comprar medicamentos que su hijo enfermo necesitaba, cuando, de repente se topó con un hombre de extraña apariencia. El hombre, según ella, le dio dos besos y desapareció por completo. Es muy posible que dicha visión sea producto de su imaginación ya que la anteriormente mencionada llevaba varias noches sin dormir por culpa de la enfermedad de su hijo [...]”
La aventura de unos mineros mierenses (DICIEMBRE DE 1914)
“La repatriación de algunos obreros asturianos, que estaban trabajando en Europa tras el estallido de la guerra (la I Guerra Mundial) se ha convertido en una aventura increíble. Unos mineros mierenses residentes en Francia han sido apresados por los alemanes, vagando durante un mes por campos de prisioneros en pésimas condiciones. Tras acreditarse como españoles fueron llevados a Suiza, donde consiguieron un pasaje a Italia, de donde embarcaron rumbo a Barcelona. Allí pidieron al gobernador un billete a Asturias, algo que el señor negó, por lo que los mineros tuvieron que volver a Mieres por sus propios medios [...]”
El caso del convento de Mieres (MAYO DE 1922)
“Dámaso Díaz y Cristiano Blanco, de 22 y 20 años respectivamente, junto a Eustaquio Fernández han sido declarados inocentes por el Jurado de Lena y exculpados por la Audiencia de Oviedo de haber colocado unos petardos en la puerta del Covento de los Hermanos de la Doctrina Cristiana de Mieres. El suceso se relacionó con presuntas reuniones comunistas en el Café Oviedo de Mieres. Los acusados manifiestan que no han recibido un buen trato de la Guardia Civil durante los interrogatorios [...]”
Una gran pérdida (JUNIO 1959)
“Ayer, en el Vasco que tiene su llegada a Mieres a las cuatro de la tarde, el director de la Banda Municipal de Mieres, don César San Narciso, extravió una flauta de su propiedad. El instrumento es el útil de trabajo del individuo e iba enfundado en un estuche de madera forrado con cuero negro. Se ruega su devolución en el café Carolina de Mieres o en Sol, 6, primero (Oviedo)”
El “fantasma” del centro de Mieres (FEBRERO 1970)
“Eran las dos de la mañana cuando la señora Carmen García García regresaba a su casa ubicada en la calle Enrique Cangas (hoy Alfonso Camín) tras haber ido a la farmacia a comprar medicamentos que su hijo enfermo necesitaba, cuando, de repente se topó con un hombre de extraña apariencia. El hombre, según ella, le dio dos besos y desapareció por completo. Es muy posible que dicha visión sea producto de su imaginación ya que la anteriormente mencionada llevaba varias noches sin dormir por culpa de la enfermedad de su hijo [...]”
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