Un sábado de hace algunas semanas cometí una gran locura pasando por un sitio por el que hacía ya como un año que no me dejaba caer. Lo cierto es que pensé que vería algún cambio que otro, entre las obras del plan E, del A, los fondos mineros… En fin, pensé que de todo el dineral que se le suministró al Ayuntamiento durante el pasado año tan solo una mínima, minúscula parte, se habría destinado a arreglar semejante lugar, un lugar repulsivo, al menos para mí (hablo del pasadizo y de las escaleras que unen el puente La Perra con la calle Manuel Llaneza). Pues nada, el sitio sigue oliendo igual de mal –cierto es que de esto no tiene culpa nuestro Gobierno, sino los ciudadanos- y sigue lleno, ¡qué digo lleno!, repleto de graffitis y pintadas absurdas hechas también por los ciudadanos. Por si fuese poco se sigue haciendo botellón en la zona, ya que la de botellas y demás utensilios típicos de dichas “celebraciones” estaban tirados por el túnel, túnel que ha perdido sus luces…
Lamentable su estado, aunque no es el único lugar con pintadas, malos olores y donde se hace botellón... ¿qué me dicen de la explanada que hay tras el pozo Barredo? ¿y de la zona de detrás de la iglesia San Juan? ¿y de La Villa ?
Opino, saco en consecuencia de esto, que debería darse a los jóvenes y ciudadanos en general un lugar, una nave o algo así para que pintasen, hicieran botellón, measen… y que se dejasen de estropear elementos de uso público. ¿No creen?
-PLAUTO-
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