INFORME ESPECIAL: El paro descendió en Mieres un 0,60% en agosto

El paro descendió un 0,60% en Mieres durante el pasado mes de agosto.

-Número total de parados en julio de 2010: 3.649

-Número total de parados en agosto de 2010: 3.627


De los 3.627 parados registrados en el mes de agosto 1.857 son mujeres y 1.770 hombres.

De los 3.627, 460 son menores de 25 años, 2.037 tienen una edad comprendida entre los 25 y 44 años y 1.130 son mayores de 45 años.

Por sectores es el sector servicios el que más desempleados tiene, con 2.082, seguido por construcción e industria con 634 y 476 parados respectivamente.

*Información más detallada en la tabla. Doble clic para agrandar.

Fuente: www.foro-ciudad.com

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Son unos datos curiosos pa un concejo como Mieres. 3.600 paraos en un sitiu con 44.000 habitantes, bueno algunu menos porque hay que quitar a los neños y a los chavales.
Anónimo ha dicho que…
pues yo estoy apuntao pa hacer algun curso que me pueda interesar xk estoy haciendo una carrera y pa joder a ZP, a ver si mas gente se anima y lo quitamos de una puta vez, si os apuntais no teneis k preocuparos xk no os llaman nunca pa currar y si os llaman con k digais k no podeis ir a trabajar xk estais estudiando o k no os interesa no pasa nada no os echan, a ver si nos apuntamos mas
Anónimo ha dicho que…
634 paraos en la construccion ¡habia ser en otros tiempos!
Anónimo ha dicho que…
Las cuencas mineras vivieron sus vacas gordas con la mineria. una vez acabada esta epoca ahi estan los resultados: migracion, gente que entro en hunosa poco antes del cierre de las minas y que ahora tan en el paro....
Anónimo ha dicho que…
Será entre los familiares de los del PSOE, UGT y CCOO, el resto a incrementarlo.
Anónimo ha dicho que…
Cinismo puñetero, llevan 35 años engañándonos con que el PSOE son los buenos y los otros los malos y hay BORREGOS que lo creen y además intentan convencer a otros borregos de que es verdad.Hasta que no gobierne la derecha....a tomar por el culo vamos: SOCIOLISTOS.
Anónimo ha dicho que…
Claro como si en la Comunidad Valenciana, Madrid o Castilla y Leon no hubiera paro, ¿porque no miras y comparas las cifras con las de Asturias?, A claro, que los datos reales no te interesan prefieres decir tonterias por internet tipo Rajoy que crea 5 millones de puestos de trabajo pero cuando se le pregunta como no tiene ni puta idea...porque no empieza por las comunidades donde gobiernan?? Seran que estan muy liados con Gurteles, Malayas y Fabras..
Viva Andreu Nin ha dicho que…
El problema ye el capitalismu que ye un sistema basau en continues y cicliques crisis de mercado, se especula lo máximo aplastando a los mas vulnerables, se recojen beneficios y se quiebra y así una y otra vez y siempre pagan los mismos los que no tienen el poder=dinero.
Y cuando las cosas se van de madre y no pueden ir aun peor tovia hay gente que quier que vuelva el neoliberalismo económico que nos ha llevado a esta crisis y a miles de especuladores a tener los bolsillos llenos
Anónimo ha dicho que…
Viva Andreu Nin. Te ruego que pa la próxima espliques los terminos de mejor manera. No entiendo lo que dices.
Viva Andreu Nin ha dicho que…
Toma anónimo te dejo este artículo a ver si así lo entiendes mejor. Una pena que no pueda poner negrita o subrrayado


"Groucho Marx y el crack del 29"

Este artículo fue escrito por Groucho Marx sobre su propia experiencia del crack de 1929 en Wall Street. A pesar de que Groucho de Bolsa sabía lo que yo sé de alfarería, es una de las mejores lecciones de bolsa que jamás he tenido en toda mi vida.

Groucho Marx describe en forma magistral lo que ocurre durante la 3ª fase de los mercados alcistas; es decir, la fase en la que en las salas de las agencias de bolsa hay más gente que en los teatros, la fase en la que la conversación más habitual entre el carnicero y el fontanero es hablar de bolsa, la etapa en la que la bolsa es constante noticia de primera plana en la Tv, la prensa y la radio.

Uno puede comprobar además hasta qué punto es cierto que en el precio de las acciones influye mucho más la psicología de masas que los fundamentos económicos de las compañías; por qué en la bolsa tiene muchas más posibilidades de ganar dinero un psicólogo que un economista; por qué el análisis técnico (pues todo él está basado en la psicología y el comportamiento de masas) tiene muchas más posibilidades de llevarnos al éxito que el análisis fundamental; cómo la gran masa de inversores no se mueve por criterios racionales sino emocionales. En suma, uno descubre los terribles efectos de los dos grandes demonios que dirigen el comportamiento de la masa: la ambición y la avaricia (que producen la "fiebre del oro") y el miedo y el pánico (que producen estampidas espeluznantes en las que unos pisotean a los otros, en un sálvese quien pueda frenético).
Viva Andreu Nin ha dicho que…
El artículo que escribió Groucho Marx dice así:

"...Muy pronto un negocio mucho más atractivo que el teatral atrajo mi atención y la del país. Era un asuntillo llamado mercado de valores. Lo conocí por primera vez hacia 1926. Constituyó una sorpresa muy agradable descubrir que era un negociante muy astuto. O por lo menos eso parecía, porque todo lo que compraba aumentaba de valor. No tenía asesor financiero ¿Quién lo necesitaba? Podías cerrar los ojos, apoyar el dedo en cualquier punto del enorme tablero mural y la acción que acababas de comprar empezaba inmediatamente a subir. Nunca obtuve beneficios. Parecía absurdo vender una acción a treinta cuando se sabía que dentro del año doblaría o triplicaría su valor.

Mi sueldo semanal era de unos dos mil, pero esto era calderilla en comparación con la pasta que ganaba teóricamente en Wall Street. Disfrutaba trabajando en la revista pero el salario me interesaba muy poco. Aceptaba de todo el mundo confidencias sobre el mercado de valores. Ahora cuesta creerlo pero incidentes como el que sigue eran corrientes en aquellos días.

(((continua)))
Viva Andreu Nin ha dicho que…
Subí a un ascensor del hotel Copley Plaza, en Boston. El ascensorista me reconoció y dijo: - Hace un ratito han subido dos individuoss, señor Marx, ¿sabe? Peces gordos, de verdad. Vestían americanas cruzadas y llevaban claveles en las solapas. Hablaban del mercado de valores y, créame, amigo, tenían aspecto de saber lo que decían. No se han figurado que yo estaba escuchándoles, pero cuando manejo el ascensor siempre tengo el oído atento. ¡No voy a pasarme toda la vida haciendo subir y bajar uno de estos cajones! El caso es que oí que uno de los individuos decía al otro: "Ponga todo el dinero que pueda obtener en United Corporation" [�]

Le di cinco dólares y corrí hacia la habitación de Harpo. Le informé inmediatamente acerca de esta mina de oro en potencia con que me había tropezado en el ascensor. Harpo acababa de desayunar y todavía iba en batín. -En el vestíbulo de este hotel están las ooficinas de un agente de Bolsa -dijo-. Espera a que me vista y correremos a comprar estas acciones antes de que se esparza la noticia. -Harpo -dije-, ¿estás loco? ¡Si esperamos hasta que te hayas vestido, estas acciones pueden subir diez enteros! De modo que con mis ropas de calle y Harpo con su batín, corrimos hacia el vestíbulo, entramos en el despacho del agente y en un santiamén compramos acciones de United Corporation por valor de ciento sesenta mil dólares, con una garantía del veinticinco por ciento. Para los pocos afortunados que no se arruinaron en 1929 y que no estén familiarizados con Wall Street, permítanme explicar lo que significa esa garantía del veinticinco por ciento. Por ejemplo, si uno compraba ochenta mil dólares de acciones, sólo tenía que pagar en efectivo veinte mil. El resto se le quedaba a deber al agente. Era como robar dinero.

El miércoles por la tarde, en Broadway, Chico encontró a un habitual de Wall Street, quien le dijo en un susurro: -Chico, ahora vengo de Wall Street y allí no se habla de otra cosa que del Cobre Anaconda. Se vende a ciento treinta y ocho dólares la acción y se rumorea que llegará hasta los quinientos. ¡Cómpralas antes de que sea demasiado tarde! Lo sé de muy buena tinta. Chico corrió inmediatamente hacia el teatro, con la noticia de esta oportunidad. Era una función de tarde y retrasamos treinta minutos el alzamiento del telón hasta que nuestro agente nos aseguró que habíamos tenido la fortuna de conseguir seiscientas acciones. ¡Estábamos entusiasmados! Chico, Harpo y yo éramos cada uno propietarios de doscientas acciones de estos valores que rezumaban oro. El agente incluso nos felicitó. Dijo: - No ocurre a menudo que alguien entre conn tan buen pie en una Compañía como la Anaconda.
Viva Andreu Nin ha dicho que…
Subí a un ascensor del hotel Copley Plaza, en Boston. El ascensorista me reconoció y dijo: - Hace un ratito han subido dos individuoss, señor Marx, ¿sabe? Peces gordos, de verdad. Vestían americanas cruzadas y llevaban claveles en las solapas. Hablaban del mercado de valores y, créame, amigo, tenían aspecto de saber lo que decían. No se han figurado que yo estaba escuchándoles, pero cuando manejo el ascensor siempre tengo el oído atento. ¡No voy a pasarme toda la vida haciendo subir y bajar uno de estos cajones! El caso es que oí que uno de los individuos decía al otro: "Ponga todo el dinero que pueda obtener en United Corporation" [�]

Le di cinco dólares y corrí hacia la habitación de Harpo. Le informé inmediatamente acerca de esta mina de oro en potencia con que me había tropezado en el ascensor. Harpo acababa de desayunar y todavía iba en batín. -En el vestíbulo de este hotel están las ooficinas de un agente de Bolsa -dijo-. Espera a que me vista y correremos a comprar estas acciones antes de que se esparza la noticia. -Harpo -dije-, ¿estás loco? ¡Si esperamos hasta que te hayas vestido, estas acciones pueden subir diez enteros! De modo que con mis ropas de calle y Harpo con su batín, corrimos hacia el vestíbulo, entramos en el despacho del agente y en un santiamén compramos acciones de United Corporation por valor de ciento sesenta mil dólares, con una garantía del veinticinco por ciento. Para los pocos afortunados que no se arruinaron en 1929 y que no estén familiarizados con Wall Street, permítanme explicar lo que significa esa garantía del veinticinco por ciento. Por ejemplo, si uno compraba ochenta mil dólares de acciones, sólo tenía que pagar en efectivo veinte mil. El resto se le quedaba a deber al agente. Era como robar dinero.

El miércoles por la tarde, en Broadway, Chico encontró a un habitual de Wall Street, quien le dijo en un susurro: -Chico, ahora vengo de Wall Street y allí no se habla de otra cosa que del Cobre Anaconda. Se vende a ciento treinta y ocho dólares la acción y se rumorea que llegará hasta los quinientos. ¡Cómpralas antes de que sea demasiado tarde! Lo sé de muy buena tinta. Chico corrió inmediatamente hacia el teatro, con la noticia de esta oportunidad. Era una función de tarde y retrasamos treinta minutos el alzamiento del telón hasta que nuestro agente nos aseguró que habíamos tenido la fortuna de conseguir seiscientas acciones. ¡Estábamos entusiasmados! Chico, Harpo y yo éramos cada uno propietarios de doscientas acciones de estos valores que rezumaban oro. El agente incluso nos felicitó. Dijo: - No ocurre a menudo que alguien entre conn tan buen pie en una Compañía como la Anaconda.
Viva Andreu Nin ha dicho que…
El mercado siguió subiendo y subiendo. Cuando estábamos de gira, Max Gordon, el productor teatral, solía ponerme una conferencia telefónica cada mañana desde Nueva York, sólo para informarme de la cotización del mercado y de sus predicciones para el día. Dichos augurios nunca variaban. Siempre eran "arriba, arriba, arriba". Hasta entonces yo no había imaginado que uno pudiera hacerse rico sin trabajar. Max me llamó una mañana y me aconsejó que comprara unos valores llamados Auburn. Eran de una compañía de automóviles, ahora inexistente. -Marx -dijo- es una gran oportunidad. Pegaará más saltos que un canguro. Cómpralo ahora, antes de que sea demasiado tarde. Luego añadió: -¿Por qué no abandonas el teatro y olvidass esos miserables dos mil semanales que ganas? Son calderilla. Tal como manejas tus finanzas, aseguraría que puedes ganar más dinero en una hora, instalado en el despacho de un agente de valores, que los que puedes obtener haciendo ocho representaciones semanales en Broadway. -Max -contesté-, no hay duda de que tu connsejo es sensacional. Pero al fin y al cabo tengo ciertas obligaciones con Kaufman, Ryskind, Irving Berlin y con mi productor Sam Harris. Los que por entonces no sabía era que Kaufman, Ruskind, Berlin y Harris también compraban a crédito y que, finalmente, iban a ser aniquilados por sus asesores financieros. Sin embargo, por consejo de Max, llamé inmediatamente a mi agente y le instruí para que me comprara quinientas acciones de la Auburn Motor Company.

Pocas semanas más tarde, me encontraba paseando por los terrenos de un club de campo, con el señor Gordon [�] El día anterior, las Auburn habían pegado un salto de treinta y ocho enteros. Me volví hacia mi compañero de golf y dije: -Max, ¿cuanto tiempo durará esto? Max repuso, utilizando una frase de Al Jolson. -Hermano, ¡todavía no has visto nada!
Viva Andreu Nin ha dicho que…
Lo más sorprendente del mercado, en 1929, era que nadie vendía una sola acción. La gente compraba sin cesar. Un día, con cierta timidez, hablé a mi agente acerca de este fenómeno especulativo. - No sé gran cosa sobre Wall Street - empeecé a decir en son de disculpa- pero, ¿qué es lo que hace que esas acciones sigan ascendiendo? ¿No debiera haber alguna relación entre las ganancias de una compañía, sus dividendos y el precio de venta de sus acciones? Por encima de mi cabeza, miró a una nueva víctima que acababa de entrar en su despacho y dijo: - Señor Marx, tiene mucho que aprender aceerca del mercado de valores. Lo que usted no sabe respecto a las acciones serviría para llenar un libro. - Oiga, buen hombre -repliqué-. He venido aquí en busca de consejo. Si no sabe usted hablar con cortesía, hay otros que tendrán mucho gusto en encargarse de mis asuntos. Y ahora ¿qué estaba usted diciendo? Adecuadamente castigado y amansado, respondió: - Señor Marx, tal vez no se dé cuenta, perro éste ha cesado de ser un mercado nacional. Ahora somos un mercado mundial. Recibimos órdenes de compra de todos los países de Europa, de América del Sur e incluso de Oriente. Esta mañana hemos recibido de la India un encargo para comprar mil acciones de Tuberías Crane. Con cierto cansancio pregunté: -¿Cree que es una buena compra? -No hay otra mejor -me contestó-. Si hay aalgo que todos hemos de usar son las tuberías. (Se me ocurrieron otras cuantas cosas más, pero no estaba seguro de que apareciesen en las listas de cotizaciones.) -Eso es ridículo -dije-. Tengo varios amiggos pieles rojas en Dakota del Sur y no utilizan las tuberías. -Solté una carcajada para celebrar mi salida, pero él permaneció muy serio, de modo que proseguí-. ¿Dice usted que desde la India le envían órdenes de compra de Tuberías Crane? Si en la lejana India piden tuberías, deben de saber algo sensacional. Apúnteme para doscientas acciones; no, mejor aún, que sean trescientas

Mientras el mercado seguía ascendiendo hacia el firmamento, empecé a sentirme cada vez más nervioso. El poco juicio que tenía me aconsejaba vender, pero, al igual que todos los demás primos, era avaricioso. Lamentaba desprenderme de cualquier acción, pues estaba seguro de que iba doblar su valor en pocos meses.
Viva Andreu Nin ha dicho que…
Si quieres saber como acaba y te interesa saber como funciona el sistema capitalista puedes acabar de leerlo en
http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2008093007

Un saludo