De la ‘plaza’, del rincón de La Cuadriella aún quedan las casas que Hulleras de Turón construyó para sus trabajadores (detrás de los árboles) y el chalet que al fondo se ve. Lo que antes era una plaza ahora no es más que una caleya ubicada detrás de los laboratorios de Diasa Pharma.
El plano inclinado de la por aquel entonces calle Pi i Margall (se llamó así entre 1931 y 1937, año en el que se le otorga el nombre que actualmente mantiene, de Teodoro Cuesta) sirvió para ‘bajar’ el carbón de la ladera norte del concejo para ser cargado en los vagones de un tren que atravesaba toda la villa a través de la Manuel Llaneza. Dejaría de funcionar en la década de los cuarenta.
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cuidadanu.