Es el mejor
conjunto etnográfico conservado
en el Valle de Turón. Las construcciones actuales parecen remontarse a los
siglos XVIII y XIX.
Está formado
por tres casas tradicionales, de planta y piso, a excepción de una de ellas
que, al estar situadas en desnivel, presenta en su parte posterior un piso más,
dándole aspecto de torre. Todas ellas tienen, en el piso superior, un corredor
que recorre toda la fachada principal, así como cuadras anexas. La panera,
situada en el centro del pueblo y de uso colectivo, destaca por su longitud y
un pequeño corredor situado en uno de sus laterales.
Situado en
las cercanías de esta aldea encontramos un molino harinero que se encuentra
actualmente en ruina.
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