Poco a poco, muy despacio, hemos visto
cómo un concejo con pocas posibilidades de negocio para los que vivimos en él
se ha mostrado como un lugar para invertir por parte de extranjeros. El ejemplo
más claro, el de los bazares chinos. De uno que se abrió hace algo más de diez
años, hemos pasado a tener una docena y un gran almacén.
Otro ejemplo de ello, aunque con menor
ritmo, es el de los restaurantes de comida rápida del Medio Oriente. Sí, los de
los ‘döners’, los ‘dürüms’, los ‘lahmacuns’…
Muy despacio y casi sin armar mucho
ruido, ya son cuatro los negocios dedicados a este tipo de comida. Negocios
llevados, casi todos, por personas nacidas en países árabes, que controlan (o
deberían controlar) lo que hacen. Algunos son parte de franquicias más grandes,
con locales en muchas otras ciudades de España. Otros son autónomos, como la
gran mayoría de los comerciantes situados a pie de calle.
*Uno de los cuatro locales de comida rápida india. |
Llegaron hace más o menos diez años,
con la apertura de un local en la céntrica calle Clarín. Hoy, a ese local hay
que sumar otros tres… Uno, en la calle La Vega. Otro, en la calle Manuel
Llaneza y el último, que también tiene pizzas, en el centro comercial Caudalia.
Pudieron con una serie de bulos que se
levantaron hace tiempo, muy parecidos a los que antaño se oían sobre los
restaurantes chinos. Ya sabemos que aquí, la cultura del desprestigiar y
criticar al que viene de fuera, está a la orden del día.
¿Cuál ha sido la clave del éxito,
entonces? Comida rápida, rapídisima (a mí, hace no mucho, me prepararon varias
cosas para llevar en apenas veinte minutos), con sabores que hasta hace poco
muchos nos rehusábamos a probar pero que, con el boca a boca, han conseguido
cautivar a mucha gente. Sabores desconocidos pero basados, al final, en
productos que consumimos de muchas otras maneras (carne de pollo, de ternera,
de cordero, patatas fritas…). Y por supuesto, precios nada escandalosos en
comparación a cómo venden otros establecimientos de otros tipos de comida
rápida.
Por ahora son solo cuatro
establecimientos, pero no sería de extrañar que abriera alguno más…
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Comentarios
Ye barato y suele gustar. A mí personalmente son sabores que nun me llamen especialmente l'atención.
Donde tu ves un boom yo veo una burbuja y gente que probablemente se sostenga con unas ganancias miserables.