La parroquia de Siana cuenta con una
extensión de 10,5 kilómetros cuadrados a lo largo y ancho de los cuales se
reparten más de una treintena de pueblos, lugares y caseríos. Esta semana
visitamos uno de esos lugares: EL YENU LA
TABLA.
EL YENU LA TABLA es un lugar perteneciente a la parroquia de Siana y que
se encuentra catalogado como caserío.
Formado por cuatro viviendas, este
rincón se halla situado a 520 metros de altitud sobre el nivel del mar. Cuenta,
según datos del 2013, con cuatro habitantes.
En lo que a etnografía se refiere,
debemos comentar que todas las viviendas son antiquísimas, hechas de piedra y
que prácticamente todas ellas responden al viejo esquema de vivienda en el piso
superior y cuadra en la planta baja. Hechas de piedra, una de ellas aún
conserva un reformado corredor, mientras que en otra es posible adivinar que lo
tuvo, pero que su espacio se añadió a la vivienda.
Existe también un pequeño lavadero,
hecho a partir de una balsa reforzada con hormigón. Este lugar contó también
con un molino, presumiblemente de escanda, del que pueden verse sus ruedas como
decoración de parte de una finca particular.
Igualmente, como triste vestigio de la
Guerra Civil, existe en esta localidad una fosa que ha sido señalizada
recientemente con un monolito.
Más aspectos a destacar de este ‘lugar para vivir’ pasan por su
ubicación, en pleno monte y en un lugar que le permite aprovechar varias horas
de sol al día.
Un paseo cargado de cuestas y solo
para personas con buena forma física, consistiría en subir a través de la MI-1,
que comienza en Ablaña y pasa por Nicolasa, hasta EL YENU LA TABLA. Desde ahí es posible, o bien subir a la falda
del Llosoriu, o bien tirar, por una pista prácticamente llana, hasta el bar del
Picu Siana. Las vistas y el paisaje merecen la pena.
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