A la FIMI se la dejó morir en sus
últimos años. En 2012 quienes fuimos presenciamos lo que era evidente: aquello
no iba a ir muy lejos si seguía el camino iniciado años atrás. La del 2012 fue
una feria sin ‘stands’, con demasiado espacio libre por el que moverse. Fue una
feria sin brillo, sin ningún atractivo y con una programación complementaria
metida como relleno, con poco interés para el público.
En abril del 2013 se confirmó lo que
muchos sospechábamos: no se celebraría una nueva edición de la FIMI, si bien
desde el Gobierno local se apuntaba que, de cara a 2014, podría recuperarse el
certamen, con una menor duración y enfocado a otras áreas, como energías
renovables.
Llegó 2014 y hubo un silencio sobre este tema. Lo mismo ocurrió en el 2015. Nadie, en estos últimos tres años, ha vuelto a hablar de la Feria de la Industria y la Minería, un certamen que llevaba celebrándose en Mieres desde 1981.
*Cartel de una de las últimas ediciones. |
Llegó 2014 y hubo un silencio sobre este tema. Lo mismo ocurrió en el 2015. Nadie, en estos últimos tres años, ha vuelto a hablar de la Feria de la Industria y la Minería, un certamen que llevaba celebrándose en Mieres desde 1981.
La culpa no fue solo del Ayuntamiento…
A finales del 2014, oficialmente se disolvía el consorcio que, desde el año
1992 venía organizando la feria. Un consorcio que si bien fue creado con más o
menos buenas intenciones en 1992, fue derivando en un ente acaparador y
amiguista, a partir del año 2000, cuando comenzó a organizar en solitario el
certamen.
Contaba César Bernaldo de Quirós,
gerente de la FIMI entre 1982 y 1993 en un artículo en “La Nueva España”, al hilo de esto, lo siguiente: “en el año
2000 el Consorcio asume la organización montando uno de sus famosos
chiringuitos, con un coordinador, un asesor , un gerente, dos secretarias, un
jefe de logística y la Biblia en verso, con un coste salarial de muchos miles
de euros, si a esto añadimos las contrataciones a dedo de infraestructura y
actuaciones lúdicas, sin salir a concurso público, los costes de organización
alcanzan cifras económicas escandalosas.” El artículo narra
otras genialidades del consorcio, enfocadas en el despilfarro del dinero
público destinado a la feria que ponen los pelos de punta. Claro, que es casi
peor pensar que en ningún momento se puso freno al despilfarro de un consorcio
también participado por el Ayuntamiento de Mieres y, al final, todos los
integrantes se fueron, como quien dice, de rositas.
Han pasado ya cuatro años desde la última FIMI. Y no, no hay
previsiones de que se recupere (o al menos, no se ha anunciado nada) de cara a
este 2016. Comentaba un señor a la entrada de aquella feria del 2012 que
deberían cambiarle el nombre, “porque de
minería no tenemos nada y de industria cada vez menos”. Tenía también parte
de razón…
Comentarios
Y no me refiero a la típica feria de bocadillos de calamares, sino a una en la que se atraiga a profesionales de algún sector determinado.
Está bien eso que propone este último anónimo. Hace dos o tres semanas en la TPA dieron un reportaje en "Asturias semanal" de todo lo que tiene el Campus y creo que algunos de los proyectos -geotermia, drones, topografía...- podrían llevarse al recinto por unos días en plan feria para que tanto futuros alumnos como el público en general pudieran ver algo de lo que se hace en el Campus.
Echar la culpa al consorcio, tampoco. Vale que el consorcio hizo y deshizo lo que quiso, como si estuviera liderado por Rita Barberá, pero no toda la culpa es de ellos.