No hace mucho tiempo, me comentaba una
vecina del poblado minero de Bustiello que los vecinos habían escotado para
poner en funcionamiento el reloj de la iglesia, que llevaba parado bastante
tiempo, pese a ser una joya, encargada a Canseco, uno de los más afamados
relojeros del siglo XIX. Un buen gesto, aunque parece ser que se ha vuelto a
estropear… Ojalá se repare pronto.
A diferencia de otros concejos de
nuestro entorno, en Mieres no somos de poner relojes en cualquier edificio
público o abierto al público. Sí que conservamos, no obstante, algunos que
permanecen con sus agujas en ‘stand by’, marcando la hora correcta solo dos
veces al día. Quizás haya algún lector al que le parezca una tontería dedicar
una “Tribuna” a esos relojes
olvidados. Quizás tenga razón, pero creo que el simple detalle de poner en
marcha todos esos relojes daría un toque distinto a las calles y rincones de
Mieres.
*Reloj de la antigua estación de El Vasco. |
Enfrente de la estación se encuentra
otro reloj, que funciona… ¡Menos mal! El mítico reloj de la joyería La Perla.
En la misma calle, Manuel Llaneza, unos metros más arriba, nos encontramos con
otro reloj en desuso: el de la mítica joyería Constantino. Un reloj con una
esfera gigantesca para el que el tiempo se ha detenido.
Sigamos el recorrido… Vamos hasta la
calle Covadonga. Un pequeño reloj, de dos esferas cuadradas, situado en la
fachada de un pub también mantiene sus agujas en coma. En una de las esferas,
marca la una; en la otra, las seis. Lo mismo le ocurre al cuarto de los
ejemplos, otro reloj de esfera redonda y gigante que cuelga de la fachada de un
pub en La Villa. También para él el tiempo se mantiene impasible.
Son solo cuatro ejemplos ubicados en
el casco urbano del concejo. Un casco urbano en el que, paradójicamente, han
proliferado los relojes led digitales insertados en cruces de farmacia,
letreros comerciales… Más llamativos, y más fáciles de ver, pero sin ese
encanto que tenían y tienen esos relojes de toda la vida que se han quedado
olvidados o que no pasan de elementos decorativos.
Ojalá algún día sus agujas vuelvan a
marcar el compás del tiempo. Mientras tanto, seguirán siendo adornos…
Comentarios
Coincido contigo en que valdrían el doble si, además de ser adornos, fuesen también lo que son: relojes.