El
pasado 29 de abril, un convoy integrado por varios vehículos de los bomberos,
la Policía Local y la Guardia Civil se dio cita en la A66, a la altura del
Polígono de Gonzalín. ¿El motivo? Alguien había llamado al 112 asegurando que
en una isleta del río Caudal había un corzo.
Efectivamente,
allí estaba el pobre animal, en medio de un río que había crecido bastante tras
las lluvias de aquella última semana de abril. Desde la autopista, los bomberos
organizaron el rescate, utilizando para descender al río y coger al animal un
vehículo con escalera, al final de la cual se incorporó una cesta en la que dos
bomberos debían bajar hasta la isleta para coger al animal y sacarlo del cauce.
El
operativo no funcionó, ya que el animal, asustado al ver la cesta acercarse,
echó a correr (o nadar) por el Caudal. Y así quedó la cosa…
El operativo del frustrado rescate de abril |
Sin
embargo, la historia de estos animales no acaba ahí, ya que hace unos días moría una
de las crías y poco después la otra. De hecho, el cuerpo, los cuerpos o lo que queda de ellos están empezando a
descomponerse y a generar un olor que se percibe desde el paseo.
Está claro que los corzos, por muy bien que vivan en esa ribera y por mucho que les lleve la gente, no son animales de río, sino de montaña. No son animales preparados para soportar la humedad de ese islote ni la cantidad de insectos, bacterias y parásitos que se pueden encontrar en una zona en la que además hay bastante basura, arrojada por algunos usuarios educados del paseo fluvial.
Está claro que los corzos, por muy bien que vivan en esa ribera y por mucho que les lleve la gente, no son animales de río, sino de montaña. No son animales preparados para soportar la humedad de ese islote ni la cantidad de insectos, bacterias y parásitos que se pueden encontrar en una zona en la que además hay bastante basura, arrojada por algunos usuarios educados del paseo fluvial.
Me
comentaban el otro día dos señores, que andaban precisamente recogiendo alfalfa, que ya se
ha llamado en varias ocasiones al Seprona, la división de la Guardia Civil
encargada de estas cuestiones, para que se proceda a tratar de rescatar a la
corza, con el fin de ser devuelta al monte, su hábitat
natural. No ha habido suerte, y ya son dos meses los que el pobre animal lleva
en el Caudal, primero en solitario, luego, con sus dos crías, y ahora, nuevamente en solitario.
Espero que cuando quieran proceder al rescate no sea demasiado tarde.
Espero que cuando quieran proceder al rescate no sea demasiado tarde.
Comentarios
El hábitat natural de los corzos es el monte y el río e incluso la costa, toda Asturias era su hábitat natural, obviamente ese canal entre muros de hormigón que llamamos río, NO.
Haber si creeis que los corzos en zonas naturales no se acercan a los ríos...
Equí ta.