Siero ha hecho algo grande este
verano: aprobar su primera ordenanza de limpieza y recogida de residuos. Una
ordenanza que todos los ayuntamientos asturianos deberían tener y que muchos,
como el de Mieres, no tienen.
La ordenanza sierense busca tener un
concejo limpio y hacer que paguen aquellos que contaminan o ensucian. Para
ello, recoge una serie de sanciones, que oscilan entre los 750 y los 3.000
euros (reducibles al 50% por pronto pago) asociadas a diversas conductas
incívicas, entre ellas, tirar basura desde vehículos, sacudir ropa o alfombras
a la vía pública fuera de las horas establecidas para ello, escupir, orinar o
defecar en la calle, tirar basura en cualquier vía pública o colocar tendederos
en fachadas exteriores que den a la calle, por poner algunos ejemplos. La norma
apuesta también por invitar al reciclaje y a la recogida selectiva de residuos
domésticos y fija, además, diversas sanciones para todo aquel que abandone el
cadáver de un animal en la calle o en un contenedor, estableciendo como
obligatorio que los dueños los lleven a los correspondientes centros
autorizados para tratar con cadáveres de animales.
*Bolsas de basura en torno a un contenedor. |
Decía antes que todos los
ayuntamientos deberían tener una ordenanza de estas características e imagino
que ya habrán entendido por qué. Como ven, todas las conductas que les he
enumerado se dan habitualmente en cualquier municipio, sea Siero, Mieres,
Langreo o Aller. En el caso del nuestro, no hay ninguna ordenanza específica
dedicada a estas cuestiones, más allá de lo relativo a los perros y la recogida
de sus excrementos. Quizás por ello sea bastante frecuente salir a la calle y
ver gente escupiendo, que te sacudan pelos y pelusas desde un cuarto piso a las
cinco de la tarde (el horario de sacudida a la vía pública es de 22:00 a 10:00,
si no me equivoco), encontrar basura en torno a una papelera que no está llena,
o, también frecuente, especialmente en la zona rural, abrir un contenedor y
encontrarte con que a alguien se le ha muerto un animal (un gato, una gallina…)
y ha tirado el cadáver al contenedor, metido de mala manera en una bolsa.
Quizás lo más difícil de adaptar a Mieres de la normativa de Siero sea lo de
los tendederos, ya que se cuentan por miles los tendederos que, en muchos
barrios de Mieres, dan a plazoletas o calles poco transitadas, pero que no
dejan de ser vías públicas. Puede que sea, en ese sentido, lo más complicado de
transponer.
Una ordenanza de este tipo, necesita,
sin embargo, un control efectivo. Sabemos que se multa a quienes no recogen los
excrementos de sus perros o no los llevan identificados con microchip. ¿A
cuántos conocen que hacen lo uno o lo otro, o las dos cosas, y no han sido
multados? Dando la vuelta, ¿a cuántos conocen que hayan sido multados por
alguna cosa de estas? De nada sirve tener ciertas medidas si luego se levanta
mucho la vista y se sigue tolerando y permitiendo. Habrá que ver cómo le va a
Siero con esto. De todas formas, el primer paso, que es aprobar la ordenanza,
ya lo han dado, para envidia de los que vivimos en concejos en los que, como
Mieres, ser sucio e incívico sale gratis.
Comentarios
De acuerdo, por lo demás, con Jeromin.