¡Atención!
Ha ocurrido algo que no ha salido en medios. Algo que nos remonta al comienzo
de este blog, hace casi ocho años. Se trata de una actuación llevada a cabo
justo en aquella época: la comunicación de las calles Manuel Llaneza y Chema
Castañón. Era la época en la que se urbanizaba la Sierra de Máximo, en la que
se colocaban los primeros ladrillos de los bloques que OCA levantó en esa zona
y se vio conveniente comunicar ambas calles, derribando parte de un viejo muro,
y colocando dos escaleras: una metálica, con curva incluida y quince escalones
y otra, más empinada, de unos diez. En pro de facilitar la vida a personas con
movilidad reducida así como a usuarios de sillas de ruedas, se decidió instalar
un ascensor que salvase los dos metros y medio, a lo sumo, que hay de desnivel
entre ambas
*El ascensor, en funcionamiento. |
calles. Una actuación pionera, en una época en la que había fondos
para ello. Sin embargo, el ascensor nunca llegó a funcionar. Varias denuncias fueron las que se publicaron en este blog. Incluso, hace dos años,
le dedicaba un artículo en el que reflexionaba sobre la forma
de gastar y no aprovechar lo gastado. Un ascensor no es algo precisamente
barato (los modelos más económicos de empresas como Otis u Orona, por ejemplo,
cuestan unos 30.000 euros). Mantenerlo tampoco es algo barato: la ley obliga a
hacer una revisión mensual, que la empresa cobra, faltaría más.
No obstante, esa situación se ha acabado. Hace unas semanas comenzaba a funcionar,
sin bombo alguno el susodicho ascensor. Se ha resuelto la incógnita: no conduce
a ningún mundo paralelo sin crisis, como había comentado en alguna ocasión, en
tono jocoso, algún que otro lector. Simplemente, como era de esperar, sube y
baja de una calle a otra. Su funcionamiento es tan sencillo como dar a uno de
los dos botones que tiene: el 0, si se baja. El 1, si se sube. Y ya. Puede
parecer absurdo, pero un servidor mantenía la esperanza de que de verdad
condujese a un mundo sin crisis, a una cueva cargada de riquezas o a cualquier
lugar en el que fuese agradable estar. Pero no.
Me
sorprendió, sinceramente, la puesta en marcha del ascensor sin ni una sola nota
de prensa. Aunque quizás sea mejor haberlo hecho como se ha hecho: nos
ahorramos escuchar el “yo lo hice”
por parte del PSOE o el “yo lo puse en
marcha” por parte de IU, con un culebrón que daría para varios capítulos,
con cruces de declaraciones, pullitas y esas cosas.
Desear
larga y próspera vida a ese ascensor, así como salud para librarse de posibles
pintadas, porquerías y cosas que la gente incivilizada suele hacer sin
importarles un pimiento lo que haya costado o dejado de costar. Ocho años
después, la conexión entre Manuel Llaneza y Chema Castañón ha concluido.
Comentarios
Es lo que tiene que haya gente sin civilizar viviendo en la civilización.
De toes maneres, ya había perres d'aquella. Una rampa hubiera salío más barata y yera más útil.
Nun siendo que pases en ferrari, que son asi planucos…