Constantino
Alonso González, conocido como Tinín,
vino al mundo en el año 1922 en San Andrés, Turón. Siendo niño su familia se
vio obligada a exiliarse en Francia, donde transcurrió buena parte de su
infancia y adolescencia.
De
vuelta a Asturias, trabajó en las explotaciones mineras de Espinos y San
Víctor, ambas en Turón. Fue allí donde comenzó a mostrar interés en la defensa
de derechos y libertades mermados tras la Guerra Civil y con la instauración
del franquismo. Ello le llevó a participar en diversos movimientos, acabando en
prisión en la década de los 40, cumpliendo una pena de dos años en la cárcel de
Oviedo, en la que no faltaron las torturas de todo tipo.
Solía
definirse a sí mismo como un “militante
histórico del Partido Comunista” y no en vano, lo era. En él militó desde
muy joven, llegando a ser parte de su junta directiva en Asturias. Celebró en
1977 la legalización del partido y, años después, en los ochenta se convirtió
en uno de los primeros militantes de la recién fundada Izquierda Unida.
*Constantino Alonso, 'Tinín'. |
Antes,
en 1962, fue uno de los adalides de las huelgas mineras de aquel año, que
comenzó en el pozo San Nicolás: siete mineros decidieron reclamar un aumento,
amenazando con no entrar en la mina si no se les concedía. La empresa no solo
se negó, sino que los despidió, lo que provocó una huelga que rápidamente se
extendió por todas las explotaciones españolas, decretándose el estado de
excepción en varias provincias, entre ellas Asturias.
A
consecuencia de ello, sin previo aviso, fue subido junto a otros compañeros de
causa, como Anita Sirgo o Vicente Gutiérrez Solís a un camión y trasladado a
Soria, donde pasó un tiempo en el destierro.
De
regreso en Mieres, jubilado y enfermo de silicosis, lideró las huelgas de
misas, una serie de protestas llevadas a cabo en las Cuencas y otros lugares de
la región, con encierros en las iglesias, con las que los pensionistas
reivindicaban una mejora de sus derechos y prestaciones.
Tinín
fallecía en Mieres el pasado 19 de octubre, a los 94 años. “Era una persona que nunca transmitió rencor, ejemplo de generosidad a
pesar de los sufrimientos por los que tuvo que pasar”, dijo de él Beatriz
González, coordinadora de IU en el concejo.
Su
historia y su lucha quedaron plasmadas en diversas publicaciones y
documentales, como un episodio del programa Documentos TV dedicado a la huelga
de 1962 y sus consecuencias o La luz que vino del corazón de la tierra, de
Alberto Vázquez.
Recientemente
era homenajeado en la Casa de Cultura de Mieres con un acto al que asistieron
sus dos hijas, compañeros de partido y amigos del que fue uno de los históricos
comunistas del concejo.
Tweet
Comentarios