En los tiempos que corren es un poco
triste enterarse de según qué cosas por la prensa. Les pongo en situación: el
pasado 26 de febrero, el diario El
Comercio se hacía eco de unas breves declaraciones de la coordinadora de
Ciudadanos en Mieres sobre el cierre de la Oficina Municipal de Información al
Consumidor. Realmente no sé si las declaraciones eran breves o el periódico las
acortó, porque lo publicado fueron cuatro líneas y media en las que se
criticaba el cierre y la falta de información que sufrían quienes se quedaron
con expedientes sin resolver. Nada más.
Me quedé un poco extrañado. ¿Qué
sentido tenía cerrar un servicio gratuito e imprescindible para la defensa de
los derechos del consumidor y usuario? Un servicio de calidad que lleva más de
dos décadas ofreciéndose en Mieres, primero en un local en la calle La Vega y
más recientemente en una pequeña oficina abuhardillada de la Casa de Cultura.
Anuncio sobre el cierre de la Oficina |
Buscando saber qué había pasado, busqué a lo largo y ancho de la página alguna nota de
prensa o algo que explicase el por qué del cierre. No encontré nada. De hecho,
la web del Ayuntamiento sigue recogiendo los horarios y teléfonos del servicio, sin una sola palabra
referida a su cierre.
Aquel mismo día subí a la segunda
planta de la Casa de Cultura para tratar de hallar, en la propia oficina,
alguna explicación. No encontré gran cosa, pero sí un matiz no recogido en las
cinco líneas publicadas por el El
Comercio: “La Oficina Municipal de Atención al Consumidor estará cerrada
temporalmente”, señala un folio pegado en la puerta y que pueden observar en la
fotografía que acompaña a estas palabras. Esa hoja remite al servicio de
Consumo de Oviedo y proporciona un número de teléfono que con una simple
búsqueda en Google se revela adscrito a los servicios de Consumo de Oviedo.
Siempre según El Comercio y las declaraciones que al respecto hacían los de
Ciudadanos, el cierre de la Oficina ha dejado unos cuantos expedientes en el
limbo. Y por supuesto, ha dejado a los mierenses un poco más indefensos ante los
abusos y malas prácticas de las empresas con las que nos relacionamos en
nuestro día a día. ¿A qué se ha debido ese cierre sobre el que no se ha dado
ninguna explicación? A algo tan previsible como la jubilación de los dos
trabajadores con los que contaba. No hay más. Es cierto también que la Oficina,
en una de esas cosas raras que tiene este Ayuntamiento, se convertía en la
Oficina de Ganadería fuera de los horarios dedicados a la atención de los
consumidores. Esa otra vis sigue manteniéndose con una trabajadora contratada
recientemente, con competencias profesionales relacionadas con el sector.
Cabe pensar mal y contemplar el cierre
de la Oficina Municipal de Información al Consumidor como algo que vaya más
allá de lo temporal. Yo lo he pensado, teniendo en cuenta que el Consistorio sí
ha salvado la parte de Ganadería, pero no la de Consumo, ante algo tan
pronosticable como las jubilaciones de quienes capitaneaban el servicio. Ojalá
esta Tribuna haya servido para
arrojar un poco de luz sobre este asunto con demasiadas tinieblas. Y una vez
más, el tiempo dirá.
Comentarios
Creo que es un servicio necesario porque hoy en día no te puedes fiar de ninguna empresa con la que contrates nada, ni suministros ni teléfono ni nada.