La parroquia de Gallegos es una de las
dos parroquias que encierra el valle de Cuna. Con 238 habitantes, esta
parroquia encierra lugares como el que nos ocupa en esta edición: EL
CANTU.
EL
CANTU es un lugar para vivir, perteneciente, como se ha dicho, a la parroquia
de Gallegos. Aunque muchos lo catalogan como parte de Cenera, se le ha dado en los últimos años
indepencia administrativa que le ha llevado a ser considerado un lugar con
indicadores propios, gracias al área recreativa que se construyó en él en los
años 90, sobre unos terrenos con una extensión próxima a la hectárea. Dista
unos ocho kilómetros de Mieres y se halla a 290 metros de altitud sobre el
nivel del mar.
El área recreativa se divide hoy en
día en dos zonas. Una primera, la más verde, la compone una extensa pradera
llena de fresnos, álamos y castaños bajo los que se sitúan las distintas
mesas-merendero, parrillas y fuentes. En la otra se localizan los distintos
equipamientos del área, que van desde un bar a una bolera tradicional, pasando
por una cancha deportiva, un área de juegos para niños y la popular panerona, que sobre sus doce pegoyos
alberga el Museo Costumbrista Benjamín Pumarada.
En los últimos años, en algunas de las
fincas próximas al área se han construido algunas casas y reformado pequeñas
cuadras.
La tranquilidad del lugar y las vistas
que ofrece de Cenera y del cordal que encierra el valle, entre cumbres como
Llosorio o Palmir, son otros de los aspectos que se deben destacar de este
lugar, al que se accede desde Cenera, siguiendo un camino de unos doscientos
metros que se encuentra con buen firme y bien señalizado, en las proximidades
de la iglesia.
Nos comentaban en el área que desde
allí era posible llegar a Insierto, siguiendo un camino centenario que
atravesaba distintas fincas hasta desembocar en las proximidades del santuario
de los Mártires. Ese camino es hoy en día intransitable, ya que, siempre según
esas fuentes, los dueños de las fincas próximas a él han eliminado el paso.
Es una pena que se pierdan conexiones
como esta, que imaginos que permitía atravesar una de las laderas del valle sin
mucho esfuerzo, disfrutando de sus vistas y enlazando dos parajes como EL
CANTU y
el entorno de los Mártires.
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