Junto a la plaza de Requejo se
localiza otra de las plazas más antiguas del casco urbano, La Pasera.
Ambas plazas eran los ejes de dos
barrios –Requejo y La Pasera– que fueron el centro neurálgico del Mieres de la
primera mitad del siglo XX. En ellos se encontraban todo tipo de tiendas y en
sus plazas se celebraban, durante las primeras décadas del siglo, distintos
mercados y ferias, como el mercado dominical de La Pasera, que se completaba
con el mercado de ganados en Requejo.
Con el crecimiento de Mieres ambas
plazas fueron perdiendo actividad. Mientras que la de Requejo supo
reinventarse, con los años, virando hacia la hostelería, la plaza de La Pasera
quedó como un espacio apacible para leer, jugar o, simplemente, sentarse en uno
de sus bancos. En los años 90 fue objeto de una importante reforma que le
permitió contar con pequeñas zonas verdes bajo el muro de la carretera a
Arriondo, así como con un nuevo cierre perimetral y la llegada del monumento en
honor a Teodoro Cuesta, que hallaba en la plaza, frente a la casa natal del
escritor, su ubicación definitiva tras pasar por el Jovellanos y el
fuerte del Ayuntamiento.
En la última década La Pasera sumó una
pequeña área de juegos para niños y nuevo mobiliario urbano. Recientemente, en
2017, recuperaba parte de su actividad con la celebración en ella del certamen
musical Mieres Underground el primer fin de semana de junio.
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