La división de concejos lleva, en ocasiones, a que un mismo pueblo pertenezca a dos parroquias administrativas de dos municipios distintos. Es el caso de la aldea que visitamos en esta ocasión, EL REBULLU, dividida entre Mieres y Llangréu, entre las parroquias de Santa Rosa y Ciañu.
A 680 metros de altitud nos encontramos con esta aldea, que dista unos ocho kilómetros de Sama y once de Mieres. Compuesta por siete viviendas, en ella aparece censada, según datos de 2019, una persona.
La división de concejos hace que una de las viviendas, que además está en ruinas, una cochera y uno de los caminos que llevan al pueblo desde la MI-11, sean, oficialmente parte de Mieres, de la parroquia de Santa Rosa, y que el resto pertenezca a Ciañu, en Llangréu.
En lo que a etnografía se refiere, EL REBULLU cuenta con una fuente, de 1967, con dos balsas, que podría estar mejor conservada. En pueblo se encuentran también varias viviendas hechas de piedra, algunas en mejor estado que otras, una de ellas, totalmente restaurada, con un bonito corredor.
La situación de este lugar, encaramado sobre una pequeña loma, hace que desde él se contemple tanto la Güeria de San Xuan como el valle de Samuño, presidido por el pozo san Luis, hoy convertido en ecomuseo minero.
Un paseo sin mucha dificultad por la zona, con cuatro kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, lo constituye la propia MI-11, la carretera que comienza en Santu Miano y llega a El Cau, uniendo media docena de pueblos y caseríos, algunos pertenecientes íntegramente a Mieres, como La Cerezal o La Cantera, y otros compartidos con Llangréu, como La Tiyera o EL REBULLU. Sin apenas tráfico, disfrutarán desde esta carretera de las vistas y de un paraje en el que todavía se nota el pasado industrial, como es el caso de las pumaradas en las que Hunosa convirtió antiguos terrenos ligados a la minería a cielo abierto en la zona.
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