UN LUGAR PARA VIVIR: La Rondiella

Con una superficie de 6,17 kilómetros cuadrados, la parroquia de Figaredo atesora una treintena de pueblos y caseríos, como el que nos ocupa en esta ocasión, LA RONDIELLA.

Escondido en un pequeño y verde valle, a 400 metros de altitud y situado sobre la localidad de Cortina, LA RONDIELLA es un lugar para vivir catalogado como caserío, compuesto por dos viviendas y varias cuadras, además de un hórreo que, pese a estar muy reformado, aún se mantiene en pie sobre su antigua estructura.
Pese a no contar con más acceso que un antiguo camino con el suelo de tierra, una vez se llega hasta allí, este lugar sorprende por varios factores, que van desde la amplitud del valle a la tranquilidad que reina en él, solo interrumpida por el sonido de los cencerros del ganado que pasta en las fincas.
Aunque el censo de 2019 no contempla habitante alguno en este lugar, es más que evidente que no está abandonado, aun cuando se deba llegar a él obligatoriamente a pie, disfrutando, eso sí, del paisaje, como lo hicimos nosotros cuando preparamos este reportaje sobre el terreno.

Un paseo sin mucha dificultad y que permite llegarse a LA RONDIELLA, o, al menos, ver el caserío desde lejos, lo constituye la pista que une Santu Tomás con el antiguo cementerio de Figaredo, habilitada para el mantenimiento de la traída de aguas existente en la zona, y que, entre otros lugares, pasa por Pumarín, una pequeña aldea con un pasado estrechamente vinculado a la minería del carbón en la zona.
Esta pista les permitirá descubrir nuevos paisajes y lugares y disfrutar de numerosas vistas tanto de Figaredo como de la parte baja del valle de Turón.

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