Toca hablar de la zona azul, porque sí, veinte años después de que se implantase la zona azul en algunas calles de Mieres se sigue hablando de la zona azul.
En esta ocasión ha sido Arsenio Díaz, presidente de la Agrupación Vecinal de Mieres quien, en una entrevista reciente ha reivindicado la necesidad de poner en práctica una zona azul de pago que ponga límites a quienes dejan sus coches estacionados en el mismo lugar durante días y días y potencie, de paso, el uso del autobús municipal. Desde el Gobierno local ya han dicho que, al menos por ahora, no habrá zona azul de pago. Y ya les digo yo que ese “por ahora” tiene toda la pinta de ser un “por siempre”.
En una ciudad que ha visto y verá peatonalizadas muchas de las calles en las que opera la zona azul cada vez tiene menos sentido sacarse una zona azul de pago. Menos sentido tiene aún implantarla ahora que a cinco minutos a pie de la calle Manuel Llaneza hay un aparcamiento con 300 plazas y a seis otro con otras 300, o puede que alguna más.
No niego de la zona azul de pago, que seguramente habría sido rentable de haberse implantado en su tiempo. Tampoco niego que siempre me pareció una tontería lo de la zona azul gratuita, como un quiero y no me atrevo. Si de verdad se quiere tener en 2021 una zona azul de pago, lo único que se me ocurre es ampliar la existente. Sin poder aparcar en Escuela de Capataces y Doce de Octubre, la actual se queda con el tramo de Numa Guilhou entre Carreño y Valeriano Miranda; la Manuel Llaneza entre Valeriano Miranda y Jerónimo Ibrán; la calle La Pista, entre Alfonso Camín y Leopoldo Alas, y esta última, entre La Vega y Martínez de Vega. Fin. ¿A dónde vamos con una zona azul, así a ojo, de unas 50 plazas en las calles? A estas habría que sumar las plazas de los aparcamientos de Manuel Llaneza y La Pista. En total, poco más de 110. Conviene recordar, ya que hablamos de aparcamientos, que el propio Gobierno local descartó extender esa zona azul gratuita a los nuevos aparcamientos de La Mayacina y Oñón, algo que me parece lógico: no tiene sentido crear aparcamientos lejos del centro y aplicar las mismas reglas que en él. Eso sí, tanto La Mayacina como Oñón deberían rentabilizarse de alguna manera, por ejemplo con tótems publicitarios en las entradas y salidas o en el entorno de los aparcamientos.
Volviendo a la zona azul de pago, sí que comparto una crítica que hacen desde la Agrupación y que tiene que ver con un problema que se solucionaría no tanto con zona azul de pago, sino aplicando los límites máximos de estacionamiento en la vía pública e, incluso, reduciendo los que ya existen. Es cierto, hay gente que aparca en una plaza y no se mueve durante días; se ve en las calles y se ve en los nuevos aparcamientos. Entiendo que, evidentemente, son para uso de los vecinos, pero hay vecinos con mucho morro.
ELCARABA
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