Viernes, 15 de julio de 2005. Varios vecinos del número 10 de la calle Juan Porcell, situada en Zaragoza, descubren el cuerpo sin vida de José Luis, un joven de 28 años. Presenta un elevado número de puñaladas.
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Recorte de El País del 20 de julio de 2005 |
"No tardamos en saber que el responsable de José Luis era un chico de la localidad asturiana de Mieres", declaró días más tarde Leoncio Lorente, entonces jefe superior de la Policía Nacional de Aragón. El domingo 17, agentes del cuerpo dirigido por Lorente procedían a detener al autor del crimen, Moisés, un vecino de Mieres de 31 años.
¿Cómo había llegado Moisés a Zaragoza? Unos meses antes, en octubre de 2004, este técnico informático conoció a Irene, una zaragozana, en un chat de internet. Entablaron amistad y en noviembre, él se desplazó a Zaragoza para conocerse en persona. Aunqué Moisés aseguró haberse "enamorado" de Irene, ella declinó mantener una relación sentimental con él y ambos mantuvieron el contacto, como amigos. En marzo de 2005, en el tercer viaje de Moisés, Irene le comentó que había conocido a José Luis, con el que había iniciado una relación sentimental. En los meses siguientes, Moisés envió más de un centar de mensajes, algunos de ellos amenazantes, tanto a Irene como a José Luis. Él no les dio importancia, no así su novia, que interpuso una denuncia en la Policía Nacional.
El 4 de julio, Moisés, dispuesto a que la pareja rompiera, se registró en un chat haciéndose pasar por Lidia y entabló conversación con José Luis. Una semana más tarde, el mierense se trasladó a Zaragoza tras conseguir trabajo en el sector informático. Aprovechándose de su falsa identidad, Moisés citó a José Luis el viernes 15 por la noche en el portal 10 de la calle Porcell. Unas horas antes adquirió un cuchillo de grandes dimensiones con el que asestó una veintena de puñaladas a José Luis, que falleció en el acto. "Solo quería hacerle ver a su pareja que era un mujeriego", explicó Moisés en el juicio que se celebró en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza en marzo de 2008. Pese a que su defensa argumentó que José Luis se había abalanzado sobre Moisés y él solo había tratado de defenderse, los informes forenses y la compra del cuchillo derribaron la teoría.
El 3 de marzo de 2008 la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza condenaba a Moisés como responsable de un delito de asesinato a 21 años de prisión y a 4 más como autor de un delito continuado de amenazas contra Irene. Como pena accesoria, el tribunal fijó que no podría acercarse ni a Irene ni a la familia de José Luis en los siguientes 28 años, periodo en el que tampoco podría comunicarse con ellos o acudir a Zaragoza. Las responsabilidades civiles se cifraron en 12.000 euros a Irene, por los daños morales ocasionados, y en 206.000 a los familiares de la víctima. Moisés hubo de satisfacer, asimismo, las costas de un proceso judicial que fue mediático y que causó una honda conmoción en Mieres.
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