ÁLVAREZ OPINA: La trinchera de la virgen, la trinchera de Tomás Ceferino

Tomás Ceferino se retira. “He llegado hasta aquí. Ya no me es posible seguir adelante. Mi intención era honrar la memoria de todas las personas que se han ido”, afirma en una nota junto a su obra. “Me voy con el trabajo pendiente, pero con la satisfacción de haberlo intentado”, apunta un par de líneas después.


Seguro que muchos de ustedes se preguntarán quién es Tomás Ceferino. Tomás Ceferino Argüelles Devesa, su nombre completo, es un artista, un hombre que entre 2020 y 2021, con tiempo y paciencia, sacó adelante un proyecto personal con la antigua trinchera entre Mieres y Baltesara como eje. Durante no pocas mañanas y tardes, Tomás Ceferino, acompañado casi siempre de su perro, esculpió en piedra y talló en madera unas cuantas figuras, desde la que se dio en llamar virgen de la cuarentena, cuya imagen abre este artículo, hasta una escultura consagrada a los amigos del perro y el caballo, dos de sus grandes aficiones. Todo ello, a pie de trinchera, igual que el mirador-merendero que construyó para que quienes hacen uso de esta particular senda puedan hacer un alto en el camino.
“Este camino y lo que significa fue la confianza donde deposité mis anhelos, rotos por un maldito virus”, apunta Tomás Ceferino en esa nota de despedida y agradecimiento a quienes nos hemos parado alguna vez a charlar con él y a contemplar su obra.
El trabajo de Tomás Ceferino, ha permitido que hasta ese lugar, oculto por las matas que rodean la trinchera, hayan subido infinidad de personas, mierenses y no mierenses, para contemplar sus esculturas y, de paso, disfrutar del paisaje de esta zona, tan próxima al casco urbano. La virgen de la cuarentena es hoy un lugar casi que de peregrinaje, como muestran las flores y las velas que acompañan la imagen de esta virgen. En una nota, una “madre muy agradecida” explica que “no pararé de dar las gracias [a la virgen] por la sanación de mi hijo”. Pese a que es invierno y a que el firme de la trinchera está con barro, se observan pisadas que terminan justo delante de la virgen. Hay también velas encendidas.
Siempre he defendido el potencial de esa trinchera como una vía verde que atesora unas cuantas muestras del pasado industrial y minero del concejo. Ahora también cuenta con arte, porque lo que ha hecho Tomás Ceferino es algo artístico, independientemente de las connotaciones religiosas que quieran verse en la virgen y en ese peregrinaje de fieles. 
Es un buen momento para reconocer el trabajo de este hombre y poner en valor la trinchera, de señalizarla adecuadamente, de acometer unas pocas mejoras y de que se invite a la gente a pasear por ella al tiempo que se disfruta de todo lo que la rodea. Sería el mejor de los reconocimientos para Tomás Ceferino y para quienes, hace más de medio siglo, apostaron por sacar el carbón del valle de Baltesara a Mieres a través de una mata por la que transitaban mineros, vagonetas y mulas.
Sirva este artículo como homenaje a la labor desinteresada de este hombre y, ojalá, como punto de partida para lograr que se apueste por fomentar el conocimiento sobre un espacio que está a diez minutos andando de Requejo y que aún muchos mierenses no conocen.
ÁLVAREZ

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
“no pararé de dar las gracias [a la virgen] por la sanación de mi hijo".

.Onde este una buena virgen que se quiten los médicos.