Mieres se suma al muralismo con un mural de grandes dimensiones en la medianera situada entre las calles Carreño Miranda y Doce de Octubre, justo encima de la Sidrería París. Este proyecto, impulsado por la Concejalía de Urbanismo en colaboración con la de Cultura y Participación Ciudadana, será ejecutado por el Dúo Amazonas, con la coordinación de Raposu Roxu, expertos en mediación artística.
Conversamos con Laura Lara y Eduard Crespo, de Raposu Roxu, dos artistas con más de veinte años de experiencia en ámbitos como el muralismo.
"El muralismo es un agente de cambio que crea nuestro imaginario social, construye nuestra identidad y nos ayuda a comprender la realidad en la que vivimos y la cultura que nos rodea"
–Coordinan el proyecto Muralismo Territorio Mieres 2022. ¿Cómo lo definiría, en unas pocas palabras?
Se trata de un proyecto sobre muralismo contextual, arte mural vinculado con el territorio y sus habitantes.
–El proyecto acaba de arrancar con una lluvia de ideas abierta a todos los mierenses. ¿Cómo pueden participar y hasta cuándo? ¿Dónde se realizará el mural?
Tradición + Vanguardia = Futuro. Se trata de mirar al futuro sin olvidar la historia del pasado, porque sólo una mirada que integre la historia del ayer es capaz de construir con consciencia, qué futuro queremos.
Desde esa visión, proponemos un proceso participativo donde invitamos a la ciudadanía a visualizar ese futuro. La lluvia de ideas persigue crear un mapa imaginario del Mieres del futuro desde la visión de sus habitantes.... ¿Cómo será su paisaje? ¿Cómo se moverán sus habitantes? ¿Cómo será el tejido social? ¿Cómo serán sus calles y sus parques? ¿Cómo se relacionarán sus vecinos/as? ¿Cómo serán los espacios para socializar, para comer, bailar, aprender…?
Toda la información recopilada de este proceso, por un lado, se convertirá en un dossier que se entregará a las artistas. Porque todo ese imaginario social es un material súper interesante que sirve de inspiración y referente para la creación del boceto.
Para recopilar las respuestas hemos habilitado un formulario en la página web de Raposu Roxu, que es el colectivo encargado de desarrollar el proceso participativo, en http://raposuroxu.org/mieres [el enlace se abrirá en una nueva pestaña]. Va a estar activo hasta el 11 de abril.
El mural se realizará en la medianera que se encuentra entre las calles Carreño Miranda y Doce de Octubre, encima de la Sidrería París.
–¿Qué sigue una vez se cierre, el 11 de abril, el formulario de participación?
Todas esas propuestas recopiladas se organizan para crear mesas temáticas de un encuentro que tendrá lugar posteriormente. Se trata de un espacio de debate colectivo, una metodología de innovación social.
Trabajaremos con la dinámica del World Café, dirigida a potenciar procesos de reflexión y participación de las personas alrededor de un tema concreto. Se trata de una jornada en la que las personas que asisten aporten su propia perspectiva sobre el tema a debatir y escuchen las de otras personas. Lo ideal es que estén representadas visiones diversas por eso la idea es la de invitar a representantes del tejido asociativo incluyendo al juvenil, representantes del ámbito cultural, educativo, ecologista, representantes del sector primario, del comercio local... Y lo interesante es que las artistas también van a participar del proceso como testigos para escuchar y vivenciar esos debates.
Después las artistas tendrán un par de días para elaborar el boceto basándose en las conclusiones que saquen de todo el proceso que habrán vivido.
–Sabemos que el mural de grandes dimensiones que saldrá del proyecto correrá por cuenta de las artistas Lina Castellanos y Nati Andreoli, integrantes del Dúo Amazonas, con amplia trayectoria en el mundo de los murales. ¿Quiénes son? ¿Qué nos puede contar de esa trayectoria artística?
Dúo Amazonas está compuesto por la colombiana Lina Castellanos y la argentina Nati Andreoli, que actualmente residen en Madrid. Han realizado murales en España, Argentina, Portugal, Grecia y Uruguay, entre otros países. Andreoli se formó en Escenografía en la Universidad Nacional de Artes de Buenos Aires, y en talleres de artistas como Paula Bonet y Lean Frizzera. Lina Castellanos, a su vez, se formó en Artes Visuales en la Universidad Javeriana de Bogotá, con una especialización en Escenografía en la Universidad Nacional de Artes en Buenos Aires, y un Máster en Estudios de Género en la Universidad Autónoma de Madrid.
Son como ellas mismas se definen: dos mujeres latinoamericanas.
Ante la multitud de artistas que actualmente se dedican al muralismo las hemos elegido a ellas por su estilo y actitud. Acostumbran a actuar como puente entre ellas mismas y el contexto que rodea el mural.
–¿Cómo definiría su estilo? ¿Qué murales de Dúo Amazonas nos recomienda ver como muestras más destacadas de su obra?
Dúo Amazonas tienen un estilo neo realista con predominancia de figuras humanas, principalmente mujeres, con un fuerte componente narrativo y poético.
Cualquiera de sus obras las define mucho, pero entre nuestras preferidas están la que hicieron en Penellas, Tempo de colleita en Vigo o la del Polideportivo Andrés Torrejón en Móstoles.
–Además de coordinar este proyecto, formáis parte del equipo de Parees, el festival de muralismo contextual de Oviedo. ¿Cómo es pintar un mural como el que se realizará en Mieres? ¿Qué dificultades puede hallar la realización de una obra como esta?
Es un placer poder realizar una intervención que surge de la Concejalía de Urbanismo y colaboran Cultura y Participación, porque para nosotros es exactamente eso: un proyecto cultural/artístico que se realiza en el espacio público teniendo en cuenta la opinión de la ciudadanía.
Los murales de esta envergadura requieren de mucha organización previa, a nosotros nos gusta cuidar muchos los detalles, éstos son los que diferencian los murales que producimos de los de otros festivales o iniciativas.
Para nosotros es muy importante que los/as artistas se sientan cómodos/as y conozcan la realidad social, cultural y el territorio que va a albergar su obra, por eso contextualizamos siempre todos los murales.
La durabilidad es otra obsesión que tenemos, al trabajar con dinero público, creemos que es una responsabilidad que las obras duren el máximo de tiempo. Tenemos mucho cuidado en lo que llamamos nuestros trabajos invisibles, la preparación cuidadosa de los muros que se intervienen, elección de las pinturas más adecuadas...
La seguridad de los/as artistas y del equipo de producción también es un detalle a tener muy en cuenta, porque aunque nunca nos ha pasado nada, trabajar a 20 o 30 metros del suelo siempre tiene riesgos.
Siempre intentamos, en la medida de lo posible, que las intervenciones repercutan a nivel económico en la zona donde se desarrollan, en la pequeña y mediana empresa, un km 0 (elección de restaurantes, hoteles, materiales, medios auxiliares...).
La máxima dificultad que nos podemos encontrar aquí en Asturias es la lluvia, ya que no se puede trabajar con ella. El resto no es preocupante, porque siempre elegimos a artistas con una gran trayectoria y experiencia, nuestro equipo tiene más de 20 años de experiencia en desarrollar este tipo de proyectos, por lo que se minimizan mucho los posibles problemas.
–Hemos leído que los murales no solo traen arte a pie de calle, sino que también, en algunos casos, aumenta el valor de las viviendas. A la luz de ello, ¿podríamos decir que es el arte uno de los mayores agentes de cambio de una ciudad?
Más bien, es un efecto colateral de la producción artística en los espacios públicos.
La subida del valor de las viviendas conlleva a una especulación y genera procesos de gentrificación (subidas del valor del suelo, que se materializa en subidas de alquiler; procesos de segregación urbana de ciertos colectivos sociales hacia las periferias, subidas del precio de los productos de consumo en esas zonas, elitización de los barrios o territorios vinculados a procesos culturales).
Por ello, para evitar ese tipo de procesos, desde Raposu Roxu y Parees apostamos por un arte de conexión con el territorio y sus habitantes, para crear imágenes que construyan sentimiento de pertenencia e identidad. No se trata de decorar la ciudad para atraer turismo, sino llevar al espacio público el arte de manera democrática y consciente para que los habitantes lo hagan suyo.
Porque como dices, el muralismo es un agente de cambio porque crea nuestro imaginario social y construye nuestra identidad, nos ayuda a comprender la realidad en la que vivimos y la cultura que nos rodea.
Apostamos por un movimiento muralista contextualizado, respetuoso con el espacio urbano, no invasivo y de conexión con el tejido social.
Más información sobre el proyecto y sobre Raposu Roxu, en su página web (www.raposuroxu.org) y en su Instagram (www.instagram.com/raposuroxu).
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