PALIQUES POLÍTICOS: Los viejos rockeros nunca mueren

El Montepío de la Minería Asturiana tiene nuevo presidente, un hombre que nació en Peñule hace 64 años y cuyo nombre seguramente les suene a muchos de ustedes: Jesús Armando Fernández Natal.

Fernández Natal, junto al expresidente del Montepío, Juan José Álvarez Pulgar

Fernández Natal es una de esas personas con energía suficiente como para, una vez terminada su vida laboral, embarcarse en aventuras como esta. Podría estar en casa, cobrando su pensión y disfrutando del montañismo y sus otros muchos hobbies, pero ha dado un paso al frente y se acaba de poner a los mandos del Montepío.

Confieso que lo he tratado poco y que siempre me ha llamado la atención su incansable trabajo más allá de la mina, a la que dedicó unos cuantos años de su vida profesional. Así, entre 2002 y 2010 fue secretario de organización del SOMA-FITAG-UGT. Una vez abandonó el cargo, su siguiente lugar estuvo en el Consistorio mierense, del que se convirtió en edil del grupo socialista en el 2011, en las famosas elecciones en las que el PSOE perdió la alcaldía.

Su nombre fue el elegido en octubre de 2014 como candidato a la alcaldía de las elecciones municipales del 2015. Le tocaba relanzar el partido y la ilusión inicial se tornó en temor cuando, poco después de su anuncio como alcaldable, estalló el caso Villa y toda la porquería en la que se había visto envuelto el SOMA-FITAG-UGT en las últimas décadas. Fue un mazazo para él y para el partido. La presunción de inocencia se vio quebrada por pintadas y declaraciones de otras formaciones. Pese a haber declarado como testigo en varias causas judiciales, Fernández Natal nunca estuvo imputado o investigado ni, como sí ocurrió con Villa, se le impuso una condena.

“No contemplo esa posibilidad. Estoy convencido de que tendremos la confianza de los ciudadanos y que ganaremos estas elecciones, quiero ser el próximo alcalde de Mieres”, aseguraba sobre unos hipotéticos malos datos en un encuentro con los lectores de esta web, poco antes de las elecciones. Los pronósticos se confirmaron y su candidatura obtuvo 3.870 votos (18,62%) y cuatro concejales. Perdió un edil respecto a 2011 y 1.546 votos. En un hecho casi histórico, Fernández Natal dimitió tras conocer los resultados. Dicen algunos que por presiones del partido. Sea como fuere, fue el único que dimitió tras empeorar resultados: en aquellos comicios el PP se dejó 1.676 votos y un concejal con respecto a 2011 y nadie renunció a ningún acta de concejal.

Tras el batacazo electoral, Fernández Natal desapareció de la escena pública hasta un año después, cuando en julio de 2016 se convirtió en interventor del Montepío. Tiempo más tarde, accedió a la presidencia del Club Deportivo Básico Manuel Llaneza desde donde ha tenido que afrontar una época que está siendo difícil para el club en términos económicos. Desde hace unos días es el presidente del Montepío, una entidad a la que nunca he pertenecido, pero que me parece una muestra interesante del tejido social, económico y un tanto popular que se armó en torno a la minería. Me alegra que aún aguante, pese a todo lo que le ha pasado en los últimos años.

Habrá quienes quieran ver puertas giratorias o una lucha por no desaparecer de la escena pública. Quiero pensar que es el afán por estar ocupado lo que mueve a Fernández Natal a ir de cargo en cargo, del sindicato a la política y de la política a la mutualidad minera y al club Manuel Llaneza. Serán los mutualistas los encargados, en unos años, de valorar su trabajo.

En cualquier caso, Fernández Natal es una buena muestra de cómo, también puede haber vida más allá de la política municipal y de que, pese a los ataques recibidos en el pasado, siempre se puede salir adelante. Como diría Miguel Ríos, los viejos rockeros nunca mueren.

ELCARABA

📷 Twitter del Montepío de la Minería Asturiana (@MontepioAst)