CRÓNICA NEGRA MIERENSE: Filicidio en San Andrés (1996)

El 23 de enero de 1996 San Andrés se convirtió en noticia por un trágico suceso, la muerte de uno de sus vecinos, José Laudelino, a manos de otro, Leoncio, que, además, era el padre de la víctima.

Noticia publicada en La Nueva España el 24 de enero de 1996

Los hechos sucedieron en torno a las diez menos cuarto de la mañana en la puerta de la casa en la que vivían José Laudelino y sus padres. Según apuntaron sus vecinos, “la relaciones entre el padre y el hijo eran malas”, tanto que aquella mañana Leoncio propinó a su hijo varios hachazos, uno de ellos en la cabeza. José Laudelino llegó en torno a las once de la mañana al Álvarez Buylla sin signos vitales. Su padre ingresaba en la planta de cirugía plástica del Hospital Universitario Central de Asturias con una “importante herida en una de sus manos”, según explica la prensa de la época.
En una primera declaración ante la Guardia Civil, Leoncio, de 73 años, explicó que había atacado a su hijo en legítima defensa, después de que este le propinase un golpe con un garrote que los agentes no consiguieron encontrar. La Nueva España apuntaba, a partir de las declaraciones de varios familiares, a una mala relación entre ambos. “José Laudelino había discutido muchas veces con su padre por la relación dominante que imponía en el medio familiar”, explicaban. José Laudelino, de 33 años, padecía epilepsia y su padre le habría dado “un trato físico y psicológico duro a lo largo de los años”, según los miembros de la familia consultados por el diario.
Dos días después del suceso, ya en sede judicial, Leoncio reivindicó haber hecho uso de una legítima defensa que su abogado completó con una posible enajenación mental. “Él nunca habla de su hijo como si estuviese muerto”, declaró a la prensa el letrado defensor, José Joaquín Martín.
Leoncio fue ingresado en el centro penitenciario de Villabona y, meses más tarde, se convirtió en el protagonista del primer juicio con jurado en Asturias, una modalidad de procesamiento judicial penal establecida para delitos como este por la Ley Orgánica 5/1995, del Tribunal de Jurado.

Localidad de San Andrés, en la que se produjo el suceso

El proceso arrancó nueve meses después de los hechos, el 22 de octubre de 1996, en una sala de la Audiencia Provincial de Oviedo en la que se dieron cita más de un centenar de estudiantes de Derecho, abogados y personas ligadas a la administración de justicia, todos ellos interesados en descubrir cómo eran los juicios con jurado.
El 23 de octubre los nueve hombres y mujeres del jurado formularon su veredicto, en el que, por unanimidad, declaraban culpable a Leoncio. El magistrado José María Álvarez Seijo se encargó de imponerle la pena de trece años de prisión como autor material de un asesinato con el agravante de parentesco.

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