En la historia del concejo han sido varios los sacerdotes que han escrito destacadas páginas, como fue el caso de Valeriano Miranda, Nicanor López Brugos o del protagonista de esta entrega, Orestes Santos Bermejo.
Este sacerdote, nacido en Castrotierra de Valmadrigal, muy cerca de Sahagún de Campos, fue párroco de La Peña durante décadas. Entregado a la parroquia, propició que se llevaran a cabo actividades para la integración de los inmigrantes que se asentaron en la zona a finales de los 80 y durante buena parte de los 90. También participó activamente en la organización de las fiestas de El Cristo y en distintas actuaciones llevadas a cabo en la zona. El cariño de sus feligreses se hizo visible en 1996, cuando el arzobispado ordenó su traslado a Gijón. En aquel entonces los vecinos de La Peña se movilizaron y recogieron más de mil trescientas firmas para evitar el cambio. Entre ellas, la del entonces alcalde, el socialista Misael Fernández Porrón. Estaban dispuestos a todo: “como si tenemos que encerrarnos en la catedral de Oviedo”, advertía María Jesús Pérez de la Fuente, vecina de La Peña, a La Nueva España. El arzobispado dio marcha atrás en sus intenciones y el párroco siguió en La Peña.
Más allá de La Peña, Orestes era muy querido en el concejo. Profesor de Religión en los institutos Sánchez Lastra, Bernaldo de Quirós y El Batán, había sabido ganarse a los más jóvenes con clases que Pablo Muñiz, alumno del IES Sánchez Lastra, recuerda como “muy amenas, apoyadas en películas, documentales y abiertas a debate. Guardo un gran recuerdo de quien para mí fue un gran profesor”.
Al poco tiempo de ser nombrado arcipreste del Caudal, Orestes fue trasladado a Lena. Esta vez de nada sirvieron las súplicas de los vecinos de La Peña y Orestes se fue al concejo vecino, donde estuvo seis años y donde despertó la simpatía de los vecinos, que protestaron por su traslado en 2013 a León. “Hicimos hasta un escrache al arzobispo Sanz Montes por Oviedo”, rememora Cándido Sánchez, vecino de La Pola. No pudieron hacer nada para evitarlo.
En la última década, Orestes Santos ha sido el responsable de distintas parroquias en León, como San Claudio o, en la actualidad, La Anunciación. Leonés de nacimiento y mierense de adopción, no se pierde la fiesta de El Carmen en La Villa ni, si su agenda se lo permite, los Mártires de Cuna. En Mieres conserva una legión de antiguos feligreses, alumnos y amigos que se deshacen en elogios hacia un hombre “bueno, un sacerdote de los de verdad, caritativo y entregado a los demás”, como lo recuerda María López, vecina de La Peña.
Fotografías:
·Orestes Santos, en 2018 tras tomar posesión como párroco in solidum de la Anunciación, en León. Créditos: @XuasusGonzalez (X)
·Recorte de La Nueva España de 1996
·Orestes, en una imagen de 2009
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