ÁLVAREZ OPINA: Orgullosos de lo que producimos

Que si en Mieres no hay nada, que si esto está muerto, que si bla, bla, bla. En fin, todos hemos escuchado alguna vez alguna de estas frases. Y todas esas (y otras muchas) nos han sumido en un estado de apatía que nos impide ver que aún quedan cosas por las que sacar pecho, por las que presumir de Mieres.


Una de ellas, el sector de la alimentación. Basta con darse una vuelta por Oviedo, Gijón o Avilés para comprobarlo. Es habitual encontrar chorizo de Urbiés, como el de la foto, tomada en una tienda de la avenida de La Costa, en Gijón. Los embutidos de Urbiés se pueden comprar en varios establecimientos del barrio de La Arena y de algunos del casco histórico de Oviedo. No son lo único que se puede comprar de Urbiés. En Gijón son varios los establecimientos que ofrecen tanto callos como pote asturiano hecho en un conocido establecimiento del valle de Turón. También los he visto, si no me falla la memoria, en Avilés.
Hay más ejemplos. En una carnicería de Oviedo se puede comprar miel del valle de Cuna. También en otras dos, situadas en las calles del casco antiguo de Avilés. Eso, en las carnicerías. No hay sidrería de Asturias en la que no se pueda tomar la sidra más popular de Mieres, hecha en Espineo. En Mieres producimos también unas excelentes mermeladas artesanales, en una pequeña empresa situada en Baiña que surte a numerosas tiendas de toda la región. También comienza a abrirse paso el arándano, con una plantación situada en Maricasina y cuyos frutos ya he visto en Oviedo. Y ojo, que lo siguiente podría ser el queso made in Vistrimir, como nos adelantaban los vecinos del pueblo hace unas semanas.
Son solo un puñado ejemplos que muestran que aún resistimos en aquello que había antes de la llegada de la minería. Aún tenemos campo, aún tenemos agricultura. Aún hay algo de lo que estar orgullosos. Tenemos productores y tenemos productos. Y gracias a ello tenemos una industria que pocas veces se reconoce.
Álvarez

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