Todo servicio público que se preste debe regirse por una máxima: ser ofrecido a todos los ciudadanos, sin excluir, discriminar o perjudicar a ninguno. Es algo que no se ha tenido en cuenta con la modificación de la línea 3 de Emutsa.
Antecedentes rápidos. En 2023 el PSOE propone modificar el recorrido de la línea 3 de Emutsa para dar servicio al barrio de San Pedro. La propuesta es desestimada. Tiempo después a IU se le ocurre rescatarla y se aprueba. Como el tiempo de viaje entre Mieres y Valdefarrucos es el que es, se decide prestar servicio a San Pedro, con una parada en Pérez de Ayala y otra en la calle Gijón, a cambio de que determinados viajes de esa línea finalicen en Santa Cruz. Adiós Bustiello, adiós Valdefarrucos. Ambas localidades pierden un autobús cada hora por las mañanas, el mismo que ganan San Pedro y la zona norte del casco urbano. Error. No digo que no hiciera falta dar cobertura a San Pedro y las calles aledañas, que sí que hacía, pero las formas no han sido las correctas. Ha sido un dar a unos para quitar a otros. Quizás, en pleno 2024, lo más coherente habría sido revisar horarios, líneas y el acuerdo que se suscribió en 2013 con la entonces Pullmans Llaneza, hoy Llaneza GS. Recuperar la línea 8 las mañanas laborables, acotando su recorrido original y limitándolo a un Santullano-calle Doce de Octubre, habría sido una opción interesante. Habría salido ganando San Pedro, pero también Santa Marina y las calles más próximas a Oñón.
No es de recibo que once años después se mantengan las medidas adoptadas en una época de crisis, máxime ahora que se intenta potenciar el transporte público y que parece que hay un repunte notable de usuarios. Lo mismo aplica a la línea 1, con un viaje a la hora por la tarde y autobuses que van y vienen llenos de gente.
No se hizo una buena gestión de lo público con esto de la línea 3, pero no es el único caso reciente de gestiones que podrían haber sido mejores. Se habla de colas interminables para apuntarse a los cursos de natación en la piscina municipal de Vega de Arriba. ¿Tanto cuesta establecer un sistema de preinscripciones que evite esas colas y, si la demanda es mayor que la oferta, sortear las plazas? De nuevo, apartamos a ciudadanos de un servicio público de una manera carente de fundamento.
Debemos cuidar los servicios públicos, no me cansaré de decirlo. Son el alma de cualquier ayuntamiento. Reconocer los errores en su gestión tampoco es malo. En una entrevista concedida a Onda Cero hace unos días, el director general de Consumo del Gobierno autonómico apostaba por abrir Oficinas Municipales de Información al Consumidor en aquellos concejos que carecen de este tipo de organismos públicos y gratuitos. Da la casualidad de que el director general de Consumo no es otro que Faustino Zapico, edil de Educación en la legislatura 2015-2019, la misma legislatura en la que el Gobierno local, del que él formaba parte, echó el cierre de la Oficina Municipal de Información al Consumidor de Mieres y privatizó el servicio en pro de la Unión de Consumidores de Asturias. Habrá que ver en qué queda ese asunto.
Insisto, si de verdad creemos en lo público, creamos sin distinciones. Solo así un servicio será público de verdad.
ELCARABA
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